Desde Barbastro, decidimos desplazarnos a Alquézar. Es un trayecto de apenas 23 kilómetros. Aparcamos el coche en uno de los aparcamientos gratuitos habilitados a la entrada del pueblo.
Alquézar es tan espectacular que soporta un enorme número de visitantes y turistas durante todo el año. Se localiza en la Sierra de Guara, sobre una agreste colina entre barrancos formados por el río Vero, a su paso por este pueblo. Es famosa la excursión por las pasarelas de madera que recorren el cañón del río Vero. Esta excursión comienza en Alquézar y recorre el alto barranco. Las pasarelas de madera sirven para poder recorrer el barranco sin problemas.
La vista general de la arquitectura de Alquézar impresiona tanto como su paisaje. Esta villa medieval fue declarada Conjunto Histórico Artístico. Se lo merece. Sus construcciones en piedra rojiza y ocre se confunden con la tierra y la roca.
Si aparcas antes de entrar al núcleo urbano, como fue nuestro caso, pasarás y verás la gran Iglesia de San Miguel Arcángel. Una iglesia espectacular rodeada de verde naturaleza y fértiles huertos. La iglesia tiene planta de cruz latina, con una nave y crucero. Se construyó entre los siglos XVII y XVIII, sobre otra anterior. Para su construcción se utilizó piedra sillar. Desde su acertada ubicación se obtiene una teatral imagen de Alquézar y de la Colegiata de Santa María de Alquézar.
Alquézar estuvo amurallada, y aunque conserva una gran parte de su muralla, de sus puertas de entrada solamente resiste una: la Portada gótica.
En la zona más alta de este cerro, en una peña inaccesible, se edificó una fortaleza militar. Quedan sus dobles murallas, almenas, torreones y su patio de armas. Aún ahora cuesta subir por las empinadas cuestas y atravesar la gran puerta que cerraba la entrada al castillo.
Desde su plaza de armas, se obtiene una buena panorámica del barranco del río Vero y de Alquézar. Debía ser inexpugnable. Sobre esta antigua fortaleza y adosada a ella, se empezó a edificar una iglesia: la Colegiata de Santa María de Alquézar. De hecho, cambió su uso. De fortaleza a iglesia cristiana. Se convierte en un castillo-colegiata. En la zona más alta de la peña, se localizan las partes de la fortaleza más antiguas, porque se han acometido durante siglos diferentes rehabilitaciones, mejoras y ampliaciones.
Desde su plaza de armas, se obtiene una buena panorámica del barranco del río Vero y de Alquézar. Debía ser inexpugnable. Sobre esta antigua fortaleza y adosada a ella, se empezó a edificar una iglesia: la Colegiata de Santa María de Alquézar. De hecho, cambió su uso. De fortaleza a iglesia cristiana. Se convierte en un castillo-colegiata. En la zona más alta de la peña, se localizan las partes de la fortaleza más antiguas, porque se han acometido durante siglos diferentes rehabilitaciones, mejoras y ampliaciones.