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26 diciembre, 2023

Sigüenza, para repetir

Si viajas de norte a sur de la península, hacer una parada en Sigüenza resulta práctico y cómodo. No te puedes cansar de visitarla. Se localiza en la Sierra Norte de Guadalajara. Dispone de interesantes y bonitos alrededores, como el Parque Natural del Barranco del río Dulce, a tan solo 10 kilómetros de la ciudad. El recorridoa pie o en bicide la hoz del río Dulce se realiza desde el pueblo de la Pelegrina. No lejos también de Sigüenza, en Paredes de Sigüenza, se halla el nacimiento del río Salado, afluente del río Hernares. Por si eso en sí mismo no fuera ya un plus, el urbanismo y patrimonio de Sigüenza es espectacular.  

En este último viaje nos dedicamos a ver lo que en la visita anterior no habíamos podido ver. Por ejemplo, al final del Parque de la Alameda, el Monasterío e iglesia de las Ursulinas, la Ermita de la Veracruz y el actual centro cultural ubicado en la Ermita de San Roque, edificio del siglo XIX, donde se realizan conciertos y otras actividades culturales. Justo, al otro lado del Paseo de la Alameda, se halla el Monaterio de las Hermanas Clarisas -Monasterio de Nuestra Señora de los Huertos- de estilo gótico renacentista. Allí puedes comprar dulces artesanos. Su especilidad son las trufas. Entre tanto paseo y descubrimiento, paramos a comer en el restaurante:Taberna Calle Rompeculos. Un lugar bien concebido, con una decoración acogedora, un servico amable, una hipnótica chimenea y sobre todo una buena cocina. Comimos muy bien. 





Más tarde, aprovechamos la visitia a Sigüenza para volver a ver el Castillo y contemplar el exterior del Palacio Episcopal y la Iglesia y Monasterio de los Jerónimos. También visitamos el actual centro sociocultural el Torreón. Situado en una construcción adosada a la antigua muralla en la que el torreón -el Cubo del Peso- forma parte de la estructura. Nuestro alojamiento estaba cerca de esta zona: posada Los Cuatro Caños. Un práctico alojamiento, sencillo, limpio y con todo lo que puedas necesitar.





Sigüenza no te la acabas. Tiene calles que son perlas escondidas. Silenciosas y tranquilas, en apariencia inactivas, pero que en determinadas horas al día se llenan de actividad y de vida. ¡Qué mejor paseo que el que recorrer la parte exterior de esta antigua ciudadela! Por la noche, con la tenue luz, Sigüenza es todavía más misteriosa e impresionante.


11 diciembre, 2023

Xert, en Castellón

Entre Vinaroz y Morella, a pocos kilómetros de la localidad castellonense de Sant Mateu, se localiza la población de Xert. Está muy próxima a la serranía de la Pobla de Benifassà y al pico Turmell (1276 metros de altura). En una zona agrícola y ganadera, cerca del pueblo puedes ver las granjas.


Xert (Chert) no llega a los 800 habitantes pero en verano, como en todos estos pueblos pequeños del Bajo Maestrazgo, esta cifra se duplica.


Xert es tranquila y cómoda de recorrer, porque la parte más nueva urbanizada se ha construido en cuadrícula de calles anchas y cerca de la zona del polideportivo y de la piscina municipal. Las casas son grandes en conjunción con las amplias calles y avenidas. Por contra, según nos acercamos al centro histórico las calles se estrechan. El urbanismo va cambiando en la zona de la judería. Este núcleo es más antiguo y hasta hace unos años era una total ruina. Finalmente, la zona de la judería se ha recuperado y se han rehabilitado muchas de sus casas. También se ha reconstruido su trazado laberíntico y el pavimentado de las calles. El pavimento es rústico y muy interesante. Es decir, hay dos zonas muy diferenciadas urbanísticamente en Xert: la medieval y la de nueva construcción. Por lo tanto, en Xert hay dos iglesias: la nueva y la vieja -la iglesia de la Asunción- y dos plazas: la Plaça Vella y la Plaça Nova. En Xert, todo se duplica.




Desde la zona de la morería y judería parten senderos para realizar diferentes recorridos por los montes de sus alrededores. El paisaje es variado. En las áreas más cercanas a la villa, pueden observarse cultivos de almendra, olivos, higueras y viñas. En las montañas, zonas de pinos salpicados de encinas.




Uno de los paseos bonitos y fáciles que se puede hacer es el de llegar caminando hasta la Fuente del Molinar. El recorrido de esta ruta es de 3 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. Nosotros lo hicimos pasando por la calle Fredes y la calle Cap de la Vila (calles empinadas de la judería). Tras dejar atrás el pueblo y pasar cerca del cementerio de Xert nos pusimos en ruta hacia la fuente del Molinar. De hecho, allí se sitúa el anuncio del sendero.


Tras la caminata, comimos en el restaurante Ram-sol. Comida muy gustosa, limpio y sencillo restaurante a precios ajustadísimos para la calidad del producto. Pensamos volver otro día.

26 noviembre, 2023

Teruel, tierra de contrastes

La provincia de Teruel reserva sorprendentes tesoros a los visitantes. Además de una buena cantidad de itinerarios para realizar, tanto en bicicleta como caminando, Teruel es diversa, rica en contrastes y riquezas rocosas. Una buena parte de su territorio es de relieve kárstico. Altas montañas y sierras escarpadas conforman el territorio turolense.


El Maestrazgo, el Matarraña y el Bajo Aragón son las comarcas que mejor conozco de Teruel. Lugares agrestes, poco conocidos y por esa misma razón, preservados. En algunas zonas, el extenso bosque de pinos, moteado por carrascas, inunda todo de tonalidades verdes. Aunque entre pinar y pinar se acomodan los almendros, los olivos o la viña.


En otros lugares, la pobreza del terreno se nutre de diferentes recursos, sobre todo ganaderos (granjas) o mineros. Un complejo hábitat en dónde la naturaleza resulta vencedora. Multitud de ríos, riachuelos, fuentes, manantiales transitan entre cañadas o barrancos y tierras bajas. Entre ellos el Matarraña, el río Algars, el Ulldemó, el Guadalope, el Guadalopillo, el Martín, el Bergantes, el Pitarque o el río Tastavins. En su mayoría desaguan en el Ebro, camino hacía el mar Mediterráneo.


Teruel es una provincia con poca densidad de población. Su escasa densidad ha sido la excusa perfecta para que empresas eléctricas planten altos molinos eólicos. Esta provincia está salpicada de aldeas y pueblos con pocos habitantes, en invierno. Sin embargo, en época estival su población se triplica. Los descendientes de muchos emigrantes que fueron en busca de nuevas oportunidades a Madrid, Barcelona, Zaragoza o Valencia regresan a sus casas familiares. 


Muchas casas se han rehabilitado. Antiguas vivienda no muy grandes en sillares de piedra, singulares, preservadas, rehabilitadas o bien conservadas dan cobijo y un respiro rural a los urbanitas que persiguen el silencio y el descanso.


Con todo, también existe una arquitectura más monumental tanto en poblaciones pequeñas como Ráfales, Belmonte de San José, La Fresneda, Mirambel, Iglesuela del Cid, Tronchón, Fuentespalda, Monroyo o Cretas como en otras localidades con mayor número de habitantes como Alcañiz, Albarracín, Mora de Rubielos, Valderrobres, Rubielos de Mora o Calaceite.


En Teruel se da una arquitectura popular, rural, sencilla y pragmática que convive con otra más palaciega o monumental tanto civil como religiosa. Ejemplo de ello, son el Castillo Calatravo de Alcañiz, el palacio Casa Ardid y el edificio del Palacio de Justicia, también en Alcañiz, el castillo-palacio de los Fernández de Heredia en Mora de Rubielos, el palacio de los marqueses de Villasegura o la de los Condes de Creixell en Rubielos de Mora, la Casa Consistorial de La Fresneda, el castillo-fortaleza de Valderrobres o la iglesia de la Asunción en Calaceite.