Mientras estábamos alojados en Las Galeras, en la península de Samaná, decidimos acercarnos hasta Santa Bárbara, para ir, desde allí, hasta Cayo Levantado.
El cayo es relativamente pequeño, pero merece la pena conocerlo.
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Su ubicación, en medio de la Bahía de Samaná, obliga a llegar en barca. En el trayecto puedes admirar la costa abrupta de la zona y descubrir pequeñas playas que quedan escondidas tras la tupida vegetación.
Desde el puerto de Santa Bárbara puedes coger una barca privada o puedes ir, con más personas, en un barco un poco más grande, tipo catamarán. La primera opción es mucho más cara que la segunda y se llega, prácticamente, a la misma vez.
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Cayo Levantado es muy tropical, con palmeras y cegadora arena blanquísima. Hay chiringuitos de playa, bares, barracas, restaurantes y tiendas de regalo. Dicho de esta manera parece un lugar enorme y poblado, pero no lo es. Es un cayo pequeño de 1 kilómetro cuadrado y allí todo está pensado y calculado para el disfrute de las personas que se acercan hasta él.