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26 agosto, 2018

Els Ports

 

Els Ports es un macizo calcáreo de relieve escarpado, pedregoso, con grandes fallas y acantilados. El sueño de los más arriesgados escaladores. Varias rutas reguladas de escalada y de barranquismo hacen la delicia de los enamorados de los deportes de aventura, de montaña y al aire libre.

 

El macizo de Els Ports se halla situado entre la Cordillera pre-litoral y el Sistema Ibérico. Abarca una extensión considerable de territorio (40 kilómetros cuadrados). Esta agrupación de montañas forma parte del territorio de tres comunidades autónomas diferentes: la catalana, la aragonesa y la valenciana. Recorriendo de norte a sur Els Ports, transitas por las provincias de Tarragona, Teruel y Castellón.


Actualmente, este sistema montañoso es un Parque Natural, fundado por Decreto en el año 2001. Contiene varias Reservas Naturales y Refugios de Fauna Salvaje.


Además, varios ríos y riachuelos tienen su cabecera en Els Ports: el río Matarranya o Matarraña, el río Pena, el Ulldemó, Els Algars, Tastavins, el riu dels Estrets y el Canaleta.


La cima más alta de todo el macizo es el Mont Caro de 1.441 metros de altura.


 

    
  

Dependiendo de la zona se le conoce con distintos nombres: simplemente Els Ports, en Tarragona; Els Ports de Beceite o Beseit, en Teruel o Els Ports o Puertos de Morella, en Castellón.


La Primavera es sin duda la estación ideal para visitar Els Ports. Puedes hacer grandes recorridos sin pasar calor. Además, la naturaleza explota en esa época del año con la floración de la mayoría de las plantas aromáticas y la de los árboles.



Los árboles más comunes del macizo son las carrascas, los pinos, los robles, las hayas, los tejos y los olivos.  

   

Con la Primavera, además, surgen por doquier riachuelos y fuentes que en verano, con el calor y la falta de precipitaciones, se secan. Amapolas, violetas, menta, orégano, retama, romero, tomillo, cola de caballo aparecen por doquier junto a los márgenes de los ríos.

Puedes recorrer sin grandes problemas la multitud de rutas y senderos habilitados y señalizados que existen por todo el macizo.

11 agosto, 2018

Forna

Aprovechando nuestra estancia en Denia, nos acercamos hasta Forna para ver su castillo medieval. Para llegar a él, pasamos primero por Orba, Pego y después por Adsubia, que está muy cerca. De hecho, el pueblo de Forna depende administrativamente de Adsubia.


La carretera de Adsubia a Forna es estrecha y sinuosa y transcurre entre un bonito valle. Desde la misma carretera se aprecia sin dificultad la silueta majestuosa del castillo. Una fortaleza impresionante construida en la cima.


Aparcamos a los pies de la montaña y subimos la empinada cuesta hasta el castillo. Estaba cerrado, pero valió la pena subir hasta allí, ya que las vistas desde la puerta de entrada al castillo, dejan ver un espectacular y bonito paisaje pedregoso, pero a la vez fértil. La base del valle está salpicada por cultivados campos de olivos, almendros y naranjos. En las laderas de las montañas, con pinos y vegetación de poca altura típica mediterránea.
Las mejores vistas del pequeño pueblo de Forna se pueden contemplar desde el castillo, ya que el pueblo se extiende a lo largo del Barranco de Forna.



El castillo o fortaleza construida sobre la roca es de planta cuadrada con 4 torres de vigilancia y altos muros que lo protegen. De hecho, toda la zona ha estado habitada desde hace siglos. Es un territorio abrupto de herencia ibera, romana y morisca. Puerta de entrada al Vall de la Gallinera.



Bajamos hasta Forna y aparcamos al lado de la iglesia.
El pueblo tiene un núcleo urbano muy pequeño, pero bonito, limpio y muy bien cuidado. Se recorre en escaso tiempo.



Hay pocos habitantes. La mayoría son extranjeros que compraron por 4 duros las abandonadas casas del pueblo y que poco a poco restauraron con esmero.
Paseando por las estrechas calles de Forna nos dimos cuenta de lo preservado que esta todo su entorno.

Como curiosidad, por el mismo centro del pueblo pasa el Camino de Santiago de la zona mediterránea.