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26 diciembre, 2021

Entre Sevilla y Triana


No podía dejar Sevilla sin hacer una visita a Triana. El río las separa; los puentes las unen. Una enfrente de la otra se miran a veces con suspicacia, otras con cariño. Desde el Puente de Isabel II, la imagen de Triana es de las más bonitas. Su orilla colorista invita a visitarla.

Cuando llegas a la Plaza del Altozano desde el Puente de Isabel II, se aprecia enseguida un divertido bullir de gente. Los visitantes se dividen entre varios destinos uno de ellos es el de ir arriba y abajo de la calle Betis. Otro, por ejemplo, es la de ir a tapear o a comer por la calle Pureza o deambular por el sencillo y a la vez bonito Paseo de Nuestra Señora de la O. La gente pasea, camina, charla, disfruta, tapea y, sobre todo, mira hacia la otra orilla del río. A lo lejos se asoman los campanarios, las cúpulas de las iglesias, la Giralda y la Torre del Oro. Si vais por la calle Pureza, no os perdáis la visita a la Capilla de los Marineros y a la Real Parroquia de la Señora Santa Ana.




En la Plaza del Altozano, se sitúa el mercado de abastos de Triana - solamente hay que bajar unas escaleras para acceder a él – y justo al lado se localiza la capilla del Carmen. La capilla del Carmen se sitúa en uno de los lados del Puente de Isabel II. Consta de una pequeña capilla y su campanario (que recuerda a la Giralda). Ambos edificios son a ladrillo vista. La capilla es de planta circular con cúpula rematada con mosaico de colores y coronada con un pequeño templete que en su interior contiene las esculturas de las santas Justa y Rufina. En uno de los lados de la cúpula, se puede observar que en el mosaico consta la fecha de 1927.


11 diciembre, 2021

Benabarre y su castillo


Benabarre es una localidad de la provincia de Huesca, situada en la comarca de la Ribagorza, en la región de los Pre-pirineos. Su tamaño no es grande y su población no sobrepasa los 1.200 habitantes. Se halla a tan solo 36 kilómetros de Barbastro, por la carretera N123.
Fuimos visitarla atraídos por su buena situación geográfica, ya que resulta altamente estratégica para ver los Pirineos oscenses y para conocer su  renombrado castillo. Éste domina visualmente un amplio territorio. De ahí su importancia militar durante siglos. 

 
 

Benabarre, no solamente tiene unos alrededores muy bonitos, como esta población no es muy grande se puede recorrer en un día. 
Esta localidad se asienta alrededor del castillo que domina la cumbre de un alto cerro.

 
 

Desde la Plaza Mayor o del Ayuntamiento siguiendo la calle Mayor y la calle del Castillo, llegamos hasta la oficina de Turismo. La mayoría de calles del centro histórico y que conducen al castillo tienen una fuerte pendiente. Antes de llegar a la oficina de Turismo, nos paramos en la panadería pastelería Brescó a comprar su codiciado chocolate. El chocolate de Benabarre es famoso, así como el queso típico de esta zona. Es de muy buena calidad.


Para acceder al Castillo de los condes de Ribagorza, estuvimos que pagar una pequeña entrada. La chica que atendía la oficina de Turismo nos facilitó información muy útil de la zona y nos aconsejó visitar los alrededores de Benabarre.

La imagen del imponente Castillo, desde la oficina de Turismo, resulta muy fotogénica. El Castillo es del siglo X, aunque ha sufrido considerables intervenciones posteriores. De hecho, el edifico actual es una superposición de tres edificaciones diferentes, que a lo largo de los siglos se llevaron a cabo sobre una alcazaba anterior que dominaba la cumbre de este cerro.

 
 

Dentro del recinto amurallado, se edificaron dos iglesias. Una en estilo románico y otra en estilo gótico. Aunque ambas están muy restauradas, parcialmente recuperadas y rehabilitadas. 
Asimismo, en este espacio, existe un antiguo cementerio, un albergue y una gran Torre del Homenaje. Desde la cima,  se puede contemplar una visión del paisaje que rodea este enclave y divisar a lo lejos los picos nevados de los Pirineos.

28 noviembre, 2021

Paralia Agios Nikolaos en Ellenika, Evia


Probablemente, una de las playas más bonitas del norte de la isla de Eyboia es la de Agios Nikolaos, en EllenikaSe trata de una playa fotogénica, la mires por donde la mires. Esta gran playa, en forma de media luna, cuenta con una pequeña isla en su parte central. A ella se puede acceder en barca y también nadando. Esta isla está coronada por pinos y una gran cruz justo al lado de la iglesia de Agios NikolaosBuceando a su alrededor, verás un buen número de pequeños peces transparentes y de diversos colores que se camuflan entre las rocas y las algas.


Paralia Agios Nikolaos es una playa familiar de aguas tranquilas y limpias, de color azul celeste, sobre todo con el sol del mediodía. La playa está bastante protegida del viento. Un lugar perfecto para nadar, para hacer paddle surf y también para bucear. Rodeada de árboles y altos pinos que dan buenas sombras, su arena es dorada y en alguna zona marina encuentras grandes rocas con algas y posidonias. Asimismo, en algunas zonas próximas a la orilla de la playa, hay piedras grandes y rocas desprendidas de los cercanos acantilados.




Nosotros repetimos varios días en esta playa porque es una playa cómoda. Si llegas pronto, es muy fácil para aparcar el coche. Aunque, lo aparques en pendiente. La playa dispone de un par de barracas para cambiarte y de varias duchas. A partir del mediodía, se llena pero a primera hora no está muy concurrida. También, hay muy buenos restaurantes a su alrededor. Comimos muy bien en el restaurante Aithrion, sobre todo por las vistas espectaculares y panorámicas de la playa mientras degustas un fantástico plato de pescado. El restaurante está encima mismo de un acantilado. Por eso, desde su terraza, puedes observar la costa de la isla de Pontikonisi y al fondo, en el horizonte, la silueta de la península de Pelion y la isla de Skiathos. Por supuesto, si quieres visitar el restaurante Aithrion lo mejor es reservar mesa. Suele estar muy lleno. Por algo será.

15 noviembre, 2021

Plasencia y el río Jerte

Plasencia se edificó sobre una colina, cerca del Valle del Jerte. Está rodeada por las Sierras del Gordo, de Berenguer y de Santa Bárbara. A los pies de la ciudad antigua de Plasencia pasa el río Jerte. Esta zona ya estuvo habitada hace siglos. Fue un importante enclave romano, por su estratégica situación geográfica en la Ruta de la Plata.


Cerca del río, han construido un gran parque llamado Parque de la Isla. Es un lugar perfecto para realizar deporte o para pasear. Un gran pulmón para la ciudad. Nosotros dejamos el coche en un parking público al lado de este gran parque. Desde allí subimos una empinada cuesta hasta la muralla y cruzamos la Puerta del Sol.

 
 

Plasencia está protegida por una doble muralla, con paseo de ronda y un gran foso. En intramuros, se advierte rápidamente su trazado medieval. Aunque, la ciudad ha crecido y se ha urbanizado en algunas zonas de una forma caótica.

 
 

Sin embargo, lo mejor de Plasencia está al cruzar su muralla. Nos dirigimos a la Plaza Mayor. Es una plaza con soportales y porticada que no mantiene ningún orden, ni tiene una estética unificada. No es como la Plaza Mayor de Madrid o la de Salamanca o como la Plaza Real de BarcelonaCada edificio es diferente y no tiene nada que ver entre sí. No existe una unidad de estilo. Tampoco es tan monumental. Es más recogida.

Uno de los edificios más antiguos de esta plaza es el del Ayuntamiento. Data del siglo XVI, pero sin duda cuenta con reformas posteriores. Lo más curioso del Ayuntamiento, es la figura del del Abuelo Mayorga, una figura enganchada a la torre del campanario del edificio.

 
 

Desde la Plaza Mayor nos acercamos hasta la Catedral de Plasencia. Que en realidad son dos Catedrales adosadas: la Catedral Vieja y la Catedral Nueva. La Vieja está construida y contiene elementos románicos y góticos y la Nueva emplea elementos renacentistas y barrocos. No forman una unidad y encima ambas están inacabadas. Aunque, bien es cierto que juntas forman una gran estructura arquitectónica peculiar y diferente. Vale mucho la pena visitarlas.

 

Desde la Catedral, llegamos hasta la plazuela dónde se halla el Museo Etnográfico y Textil de Pérez Enciso. En este museo, se exponen una amplia colección de objetos tradicionales de toda la provincia de Cáceres. Hay grandes telares y trajes típicos, así como piezas antiguas de cerámica popular y elementos para la manufactura textil. Un museo curioso.

 
 

Después de ver el Museo, fuimos hasta el Parador de Turismo, antiguo convento de San Vicente Ferrer. Un edifico espectacular, del siglo XV,  que se halla en la parte más alta del Centro histórico de Plasencia.

 
 

Enfrente del Parador está la Iglesia de San Nicolás, en la plaza del mismo y cerca también, lo que queda de la antigua muralla y la Puerta de Coria. En cierto sentido, esta es la zona mejor conservada del casco viejo de Plasencia.