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26 julio, 2021

Beceite, entre dos ríos

Seguramente, la mayoría de personas que visitan Beceite se acercan hasta esta población para conocer el Parrizal (también conocido como Parrissal). Para los amantes de las excursiones y el senderismo, es una ruta imprescindible que discurre paralela al margen del río Matarraña. Esta excursión es la clásica y tradicional. Pero, hay mucho que ver y hacer si visitas Beceite. Cualquier deporte allí es bienvenido. 

El pueblo es pequeño y recogido, con unas cuantas tiendas, alojamientos y restaurantes. No muchos, pero sí para una localidad tan pequeña y apartada de las carreteras principales. De hecho, la carretera que comunica Valderrobres con Beceite finaliza allí. Sin embargo, existen otros caminos de tierra que unen esta población con Arnes y, en sentido contrario, con Peñarroya de Tastavins.

 
 
   

Aparte de la mencionada ruta hacia el Parrizal, también existe otra denominada La Pesquera que discurre paralela al río Ulldemó. Tanto el Matarraña como el Ulldemó  atraviesan el término de Beceite. Ambos nacen en la cadena montañosa dels Ports. 

A esta cadena montañosa se la conoce  como Els Ports, Els Ports de Beceite, els de Morella etc. Tiene una extensión de 40 kilómetros cuadrados. Se localiza entre tres comunidades autónomas, la catalana, la valenciana y la de Aragón. Cada una de ellas dispone de una porción de este territorio. 

 
 
 

Otra de las excursiones que se pueden hacer utilizando como base Beceite es ir andando hasta el bonito Pantano de Pena o subir hasta la cima del Penyagolosa. 

Tanto la ruta del Parrizal como la de La Pesquera son rutas de senderismo de un nivel de dificultad baja y por tanto no son complicadas ni duras de realizar. No obstante, hay que tener en cuenta una serie de consejos: llevar agua y frutos secos o un plátano o algo para comer. También consultar las previsiones de lluvia; si llueve se puede complicar la excursión debido a las imprevistas y siempre impetuosas riadas. Igualmente es recomendable en todo momento seguir los caminos o las rutas marcadas, porque es fácil perderse si no sigues la señalización.

 
 

El río Matarraña o Matarranya abastece de agua para el consumo a varios pueblos de la zona por lo que en algunos tramos del río está prohibido bañarse. Por esa razón, en Beceite han habilitado una zona de baño cercana al pueblo que se la conoce como l'Assut de Beceite. Mientras, en el río de La Pesquera el baño está permitido en todo el cauce del río. 

11 julio, 2021

Sevilla y sus tópicos


Todos los tópicos más típicos que se dicen sobre Sevilla, tienen mucho de verdad: el embrujo de Sevilla; quién no ha visto Sevilla, no ha visto Maravilla; la magia y el hechizo de Sevilla; Sevilla para nacer; Sevilla es una categoría poética; Sevilla no se puede explicar; que tiene una luz y un color especial y así un montón. Es una ciudad en la que resulta fácil sucumbir a su belleza. Asombra, porque no hay esquina sin iglesias o conventos o pequeñas capillas, o casas palacios y los bares más antiguos siguen igual desde hace años, inmutables, porque no necesitan cambiar lo que fue excelencia y así continúa siéndolo. Sevilla es monumental, pero también es una ciudad de medida humana para vivirla y eso es lo que se hace en Sevilla. Seguramente, en verano, debido a las altas temperatuas, no será posible vivir la calle, pero el resto del año caminar por las callejuelas adoquinadas y laberínticas sin duda es algo muy gratificante. También es una ciudad con color. No es en absoluto gris. El albero, los ocres, los granates, los rojos, los azules forman parte del entorno de la ciudad. Se pintan las casas y se da color a la vista. Con todo, también existe una Sevilla que huye de sus tópicos y enriquece todavía más la ciudad.

 
 
 
 

He vivido Sevilla sin turistas y ha sido toda una experiencia novedosa. Podrías ir a ver cualquier monumento y estabas prácticamente sola. Ver la judería sin gente, poder dar la vuelta a la gran Catedral de Sevilla sin tropiezos, contemplar la Giralda desde una nueva perspectiva, pasear por el barrio de Santa Cruz, ver el Parque de Murillo. Ver el meandro del Guadalquivir desde el puente de Isabel II o desde la orilla de Triana. Algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad estaban cerrados temporalmente, como el Hospital Venerables o la Casa Salinas. En otros edificios, ni siquiera pude hacer una visita a su interior, por falta de tiempo. El patrimonio es tan grande que se necesitan muchos días para poder visitarlos, como la Casa de Dueñas, la bonita Casa Pilatos, la Casa Palacio de los Pinelo, Casa de los Padilla, Palacio de San Telmo, Palacio de Altamira, Palacio Guardiola o Casa de las Sirenas entre otras muchas más. Con la Exposición Iberoamericana de 1929, se construyó y se urbanizó Sevilla, cambió radicalmente la imagen de la ciudad como también pasó con Barcelona con la Exposición Universal. En Sevilla, algunas de las edificaciones que se erigieron se mantienen, otras han cambiado su uso. Se hicieron plazas como la Plaza Nueva, la Plaza de España o la Plaza del Museo. Una buena cantidad de pabellones se mantienen y se han transformado en consulados, como el bonito pabellón de Portugal o el neobarroco pabellón de Argentina, actual conservatorio de danza.

 
 
 
 

Ante tanta oferta, decidí acotar visitas. En Sevilla, tres días enteros no dan para tanto, así que por falta de tiempo no podía abarcarlo todo. Realicé una selección. Entre esta selección estaba la de visitar el museo de Bellas Artes. Esta pinacoteca se localiza en la plaza del Museo, en un antiguo convento del siglo XVII: Convento de la Orden de la Merced. Es un edificio con tres claustros y un patio, llamado el de las Conchas. Todo el arte que alberga tiene que ver con la ideología y el gusto de la época. Sobre todo contiene arte religioso y arte Barroco. Está lo mejor de Murillo y lo mejor de Zurbarán. Dos de sus obras te quitan el aliento: San Hugo en el refectorio de los Cartujos y la Virgen de las Cuevas. También, me impactaron otros lienzos de Zurbarán, sobre todo su obra San Jerónimo. El rojo-sangre-terciopelo, tan velazqueño, tan sevillano y el tratamiento de las telas y los pliegues de la ropa. Es una obra especial. En este museo además de pintura, puedes disfrutar de retablos y esculturas, por ejemplo de Mena y Montañés. Es una pinacoteca impresionante.

 
 
 
 
 

Solamente por ver a Zurbarán ya compensa la visita al museo, pero todo lo demás no lo desmerece, sino que todo suma. El edificio y sus claustros, la selección de las piezas, los techos y sus cúpulas, el artesanado de madera, trabajado como si fuera un sutil encaje. 

Pero, Sevilla guarda otra sorpresa: la culinaria. Las tapas. No puedo escribir sin que me entre hambre...