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26 abril, 2023

Mirambel, recuerdo imborrable

Tenía muchas ganas de ver cómo estaba Mirambel. Había visitado esa población hacía muchos años y recordaba algunos edificios, pero pocos. No sabía si el recuerdo sobre Mirambel se basaba en la realidad o solamente era un recuerdo idealizado de un lugar singular. Es todavía mejor. Para un historiador, un amante del arte y la arquitectura, es un lugar simplemente perfecto. Fue declarada en el 1980 Conjunto Histórico Artístico. Asimismo, obtuvo el premio europeo Europa Nostra, en 1981. El premio ha permitido la conservación de esta localidad. También, su situación alejada de las carreteras principales ha contribuido a ello.


Mirambel es una pequeña población de Teruel y aunque depende de la Comunidad de Aragón, su territorio también tiene frontera con la Comunidad Valenciana, en concreto con la provincia de Castellón. Esta localidad forma parte de la comarca del Maestrazgo, como su vecina La Cuba y Tronchón. Se encuentra rodeada de montes agrestes y pelados. Uno no se imagina que esté tan bien conservada, protegida ni que arquitectónicamente sea tan espectacular, siendo tan pequeña y estando en un paraje tan desabrigado.


Supone una sorpresa, visitar Mirambel. Sus callejuelas laberínticas te trasladan al medievo. Su magnífica y bien conservada muralla mantiene en pie las cinco puertas de entrada a la villa. Sus puertas o portales son: el famoso Portal de las Monjas, el de San Roque, Portal del Estudio, Portal de la Fuente y el Portal de VareloSu núcleo urbano se articula alrededor de su antiguo castillo templario, edificado en el siglo XIII (actualmente quedan sus muros y poco más) en sus inmediaciones se construyeron los edificios de mayor interés arquitectónico, como la Casa Pastor, Casa de los Julianes, Casa-palacio renacentista de los Aliaga y la de los Castellot, el Convento de las Agustinas del siglo XVI, la Casa Barceló o el propio Ayuntamiento, edificio renacentista porticado que se localiza delante de la iglesia de Santa Margarita. Paseando por las callejuelas como la calle Hospital, Remolinos, Agustín Ferrer, por la calle san Roque o simplemente bordeando la muralla por la calle Ciprés, comprobarás - como hicimos nosotros - que existen muchos rincones, edificios y pequeñas plazoletas o plazas como la de Nicolás Ferrer, que merece la pena conocer.


La mayoría de los edificios de Mirambel se han construido en su intramuros. Fuera de sus muros, quedan los huertos con sus pozos, los lavaderos, el abrevadero, la fuente, las ermitas y los establos. La ermita de San Roque está justo al lado de los huertos enfrente de las murallas; en cambio, la ermita de la Virgen del Pilar está un poco más alejada, pero puede llegarse a ella perfectamente andando. Desde la ermita de San Roque, puedes contemplar una de las imágenes más interesantes y bonitas de este lugar.

11 abril, 2023

Almonaster la Real, la esencia de la emoción

En nuestro periplo por los castillos de Extremadura y Andalucía, después de visitar el Castillo de Cortegana decidimos ir a Almonaster la Real. En realidad, no son muchos kilómetros y aprovechamos esa ruta para hacer una parada en Jabugo, ya que teníamos que pasar necesariamente por allí.


Almonaster la Real fue la mayor sorpresa del viaje. Es un pueblo muy bonito y humilde. Se asienta sobre un terreno escarpado y fértil, en la Sierra Norte de Huelva. Está cuidado y limpio. El empedrado de sus calles, el encalado de sus casas, todo en Almonester sirve de inspiración de cómo se debe cuidar el patrimonio. Sus alrededores son igualmente inspiradores. Su enclave es pura fotogenia.


Aunque, fuimos principalmente para ver los edificios más emblemáticos de Almonaster la Real, la iglesia-mezquita y su plaza de toros, también tiene mucho más que disfrutar. No hay que perderse la Iglesia de San Martín y sus alrededores, situada en un barrio cuidado, con un empedrado precioso. Asimismo, merece mucho la pena visitar la zona del Ayuntamiento, el barrio que lo rodea y la Ermita de la Trinidad. Una pequeña ermita muy colorista.




Llegar hasta la Iglesia-mezquita y a la plaza de toros resulta sencillo. A pesar de que ambos edificios se ubican en la cima de un cerro, las pendientes para arribar a ellos no son muy pronunciadas. Se llega en un momento. Se accede desde la calle Llana o por la calle el Pino hasta la calle del Castillo. También, existe la posibilidad de bordear la muralla y pasar por el antiguo burgo adosado al exterior de las murallas.

     

Este edificio singular de la iglesia mezquita (se le conoce como la mezquita de Al-Munastyr) se construyó sobre uno anterior de época romana, más tarde reutilizado como iglesia visigoda. Eso se aprecia no solamente en el espacio del interior, también en la reutilización de capiteles romanos y visigóticos. Este espacio recogido es perfecto para la meditación y la oración. Los bonitos capiteles reutilizados son o bien de piedra o bien de fino mármol. Es meritoria la buena restauración y conservación de la iglesia-mezquita. Entre el siglo XV y el XVI se le añadió el campanario y el porche. Interesante y preciosa es la zona de la shan o patio descubierto, que se usaba para realizar las abluciones cuando era mezquita omeya.



El edificio ha tenido la virtud de la transformación a lo largo de los siglos y aún ahora tiene la capacidad de emocionarnos con su bella sencillez.