Comporta, belleza panorámica

Comporta forma parte del distrito de Setúbal. Aunque, depende directamente de la cercana población de Alcácer do Sal. Es un núcleo urbano típico de costa. De veraneo. Se halla cerca de otras localidades costeras, como Cambado y Carrasqueira (con su puerto de palafitos). Es famosa por su bello litoral y su playa.

La playa de Comporta tiene una extensión que impresiona. Kilómetros de playa de arena blanca. Su arena clara es muy fina y recuerda a las playas de Brasil o el Caribe. Tiene un aspecto asalvajado, cosa que se lo da el viento. El Atlántico con sus potentes mareas la transforman a lo largo del día. Las mareas y el viento le dan ese aspecto indomable.

En el territorio paralelo al océano y a la zona de playa, se encuentra una gran extensión dunar con plantas y pinos que impide el avance del mar. También, hay grandes campos de arrozales, por los que sobrevuelan pequeños pájaros, en busca de alimento.

En la zona cercana al litoral, a las dunas y a los pinares han habilitado una zona de parking, además de unas plataformas de madera que protegen el pisar las frágiles dunas. Tras estas plataformas puedes encontrar algún chiringuito en el que puedes tomar algo. Hay pocos y son de madera. Sus estructuras suelen buscar no afear o contaminar visualmente ese espacio indómito.

En Comporta es posible comprobar la fuerza de la naturaleza. Allí, sientes la pequeñez humana ante la inmensidad del mar y la arena. La amplitud del horizonte. Quizá sea una de las playas más bonitas que he visto nunca. Aunque, si tienes la suerte de ir a Comporta no dejes de visitar la población de Alcácer do Sal, la Península de Tróia y el puerto de Carrasqueira. Si tienes más tiempo vista Setúbal.

Serpa, cautivadora

Arribamos a Serpa desde la villa de Mértola. Es un trayecto encantador. La carretera pasa por el Parque Natural do Vale do Guadiana. Un espacio geográfico de gran valor y riqueza, con inmensas y ricas llanuras y pequeños pueblos agrícolas.

Serpa ha estado habitada, durante siglos, sin duda debido a su buena situación geográfica y a sus condiciones medioambientales. Buena tierra para el cultivo y para el ganado. También es terreno rico en minerales para la fundición y existe agua en abundancia en sus alrededores. Desde siglos y siglos atrás, por tanto, sus buenas condiciones y localización facilitaron la vida allí. Quizá por estos motivos, se han encontrado Menhires, Dólmenes y construcciones que han perdurado a lo largo del tiempo.

Serpa resultó ser una grata sorpresa en nuestro viaje al Bajo Alentejo. La ciudad se halla amurallada. El estado de conservación de la muralla es asombroso y también su longitud.

Muchas de las calles y edificios de Serpa se encontraban en obras. Se percibía un verdadero interés y esfuerzo por conservar y cuidar su centro histórico. Que aparte de ser extenso, es monumental.

Justo en el centro de la población, en su zona más elevada, se edificó un Castillo. El Castillo está adosado a la muralla que rodea el área más antigua de esta población. Para acceder al castillo, el visitante ha de pasar por debajo de una parte de la estructura de la torre del homenaje que cedió y colapsó y quedó encajada, entre muros, formando un hueco pétreo por dónde se accede a la plaza de armas del castillo. Dentro del mismo, han habilitado un bonito espacio como museo municipal de Arqueología. No es un museo grande, pero si resulta muy didáctico. Guarda piezas que datan de la prehistoria, pasando por la Edad de Hierro. La ciudad fue muy importante en época romana y también, bajo dominio islámico. Se pueden contemplar pequeños utensilios como puntas de lanza, collares etc. También piezas de gran tamaño. Si visitas la zona superior de las murallas, obtendrás una excelente perspectiva de la extensión de su gran centro histórico y una buena visión del territorio que lo circunda. Inexcusable acceder a esta parte del castillo.

En la animada Praça da República, encontrarás una de las pastelerías más curiosas, Casa Paixão. Allí todo está riquísimo. También, se suceden cafeterías, restaurantes y comercios con productos de la zona: cerámica, quesos etc. No muy lejos está el restaurante Molho Bico. Comimos allí muy bien. Está decorado con piezas populares de cerámica portuguesa y una gran chimenea que permanecía encendida mientras comíamos. Sin embargo, no era nuestra primera opción. Pretendíamos comer en el restaurante Alentejano, pero por esas fechas, estaba cerrado y no fue posible. La opción alternativa que escogimos, fue muy acertada.

Sin duda, es un gran idea visitar Serpa. A nosotros nos encantó. Es más, nos hubiera gustado alojarnos en esta localidad un par de días o tres para recorrer tranquilamente la ciudad. Hay mucho que ver: sus puertas de entrada a la muralla, la de Moura y la de Beja (muy bonitas) o acercarte a disfrutar de otros lugares, muy interesantes de la zona, como son Mértola o Moura.

Tejer como código abierto, Teresa Lanceta

Teresa Lanceta, exposición en el MACBA

 Tejer como código abierto

   Del 7 de abril al 11 de septiembre.

Cumbres Mayores y su castillo

En la frontera, entre Extremadura y Andalucía, se localizan varias poblaciones con importantes castillos. Como los de Segura de León, Cumbres Mayores o Fregenal de la Sierra. Visitamos el de Fregenal de la Sierra y el de Segura de León, en Extremadura. Desde Segura de León, decidimos ir a Cumbres Mayores, en Andalucía. Como aliciente añadido al viaje, durante el trayecto, entramos de lleno en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Un espacio rico en biodiversidad, en flora, fauna y de una gran belleza paisajística.

Queríamos ver el castillo de Cumbres Mayores. Es un castillo enorme que ocupa toda la cima de un gran cerro. Se estructura en forma poligonal. Su puerta de entrada es monumental. La muralla del castillo tiene un espesor de casi 10 metros y se conserva en un buen estado. Sin embargo, se ha restaurado alguna zona de la muralla y varias torres. Tiene 8 en total y alternan la forma arquitectónica de torre cuadrada y torre circular. A finales del siglo XIII, el Reino de Sevilla, como vasallo del rey Sancho IV (hijo de Alfonso X), pidió permiso al rey para la construcción de un castillo o fortaleza. De esta forma, podía proteger mejor su frontera y también, a las órdenes militares religiosas del Temple y de Santiago.

Alrededor de la fortaleza, la población ha crecido en círculos concéntricos. El terreno abrupto, crea pendientes por la que se han construido calles en cuesta por las que resulta fácil bajar, pero que supone un tormento subirlas, sobre todo si hace calor. Es una población tranquila y bonita como otras localidades de la Sierra de Aracena. Las calles empinadas conducen al Castillo y a la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel. Ambos edificios estaban cerrados cuando realizamos la visita así que nos tuvimos que contentar con ver las dimensiones gigantes del castillo y la iglesia en su exterior. También, la de pasear por algunas calles de las inmediaciones del castillo. La calzada de algunas calles estaban en obras, pero aún así pudimos pasear por ellas. También, resultó muy agradable sentarnos en la terraza del bar de al lado de la iglesia, para tomar algo. El tiempo nos acompañó y la temperatura era perfecta. No se puede pedir más.