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24 mayo, 2021

Castelo de Vide, en la cumbre

Castelo de Vide se localiza en el interior de la Serra de São Mamede. La distancia con Marvão es de unos 14 kilómetros y con Portalegre unos 15. Se pueden visitar por tanto las tres poblaciones sin ninguna dificultad. 


La cumbre más alta de la Serra de Sao Mamede posee 1025 metros de altura y es común que nieve en invierno. La vegetación es de alcornoques, encinas, altos robles y castaños. En los lugares más umbríos, se aprecian helechos y un montón de musgo que hasta llega a invadir las pequeñas callejuelas medievales de Castelo de Vide. 

   

Desde Castelo fuimos a ver el Barraguem de Póvoa e Meadas y el espectacular Anta da Melriça, un dolmen que se localiza en un terreno privado, pero que se puede visitar y merece la pena hacerlo. 

    

Castelo de Vide es un lugar que sorprende por su ubicación majestuosa, por su castillo con vistas panorámicas a la Serra de Mamede y a la villa, por el pequeño y bien conservado burgo medieval y por su barrio judío, con su pequeña sinagoga. 
 
      
      

La parte más nueva de la villa consta de dos plazas comunicadas entre ellas: la plaza o Parque de Joao José da Luz y la Praça de Dom Pedro V. En esta última, se localiza el Ayuntamiento y la Iglesia matriz, Santa María da Devessa. Cerca de ella, también se erige una bonita iglesia: São João Baptista. Sin embargo, se agolpan más iglesias en los intramuros de Castelo de Vide, por ejemplo: la de Sao Roque, la de São Tiago, la de Santo Amaro o la de Nostra Senhora da Alegre. Entre una plaza y la otra el terreno es llano, pero fuera de estos lugares todo son cuestas. Una de las más empinadas es la que discurre desde la Fonte da Vila al Castillo y que también, pasa por la sinagoga.


Nos gustó mucho la zona de los alrededores del Castillo Medieval, con sus laberínticas calles y sus empedradas calzadas y el aire vecinal que respiran las calles centrales. Existen buenos comercios dónde comprar artesanía o dulces, como las famosas queijadas y las boleimas y vinos de la zona y además, también se dan cita recomendables restaurantes. 


09 mayo, 2021

Elvas, puerta de entrada al Alentejo


Camino a Évora, hicimos una parada de un día para conocer Elvas. Nos alojamos en el hotel Vila Gale de Elvas. Este hotel se localiza en la zona del centro histórico, dentro de la fortaleza amurallada, al lado de la Ermita de Elvas, del Pelourinho y de la Praça da República. Nos convenció su buena ubicación, también que tuviera parking y piscina climatizada. Era un buen punto para relajarse después de un largo viaje en coche. 

 
 

Hacía calor, pese a ser invierno y un azul añil teñía el cielo de Elvas. Dejamos las maletas en el hotel y salimos a recorrer el centro histórico. La plaza da República está cerca, pero las calles son empinadas. Cuestas y cuestas. Arriba y abajo. Paseamos por el Pelourinho y por la rua da Carreira. Una calle muy animada con comercios de todo tipo. Regresamos a la omnipresente Praça da República para seguir hacia el castillo. 

La Catedral de Elvas preside la Praça da República. Se construyó sobre una iglesia gótica. Su estilo actual es el manuelino con tres naves con bóveda nervada. Es bonita. 

Pasada la Catedral, las calles se estrechan y forman un laberinto. Se nota que en algunos lugares no les da el sol y en las zonas más umbrías, la humedad es evidente.

 
 

Algunas casas del centro están rehabilitadas; otras necesitan una profunda rehabilitación. Con todo, una gran mayoría de edificios, lo único que necesitan es un poco de pintura, para quedar como nuevos.
 
A mediodía fuimos a comer al restaurante Acontece. Teníamos una reserva. Es un restaurante popular.  Por lo que vimos van muchos españoles a comer allí. Al fin y al cabo, solamente 9 kilómetros separan Elvas de Badajoz. La comida estaba genial. La carne muy tierna y el bacalao delicioso. El servicio fue amable, cortés y eficiente, como suele ser en Portugal. Rui, el dueño era educado. Te atiende sin prisas, ni agobios. Muy profesional. Como para repetir varias veces. 

 
 

Tras tomar un café en la plaza da Fonte da Misericòdia, volvimos a la zona del Pelourinho y del Castillo. Desde la muralla de la fortaleza, la imagen del campo alentejano nos invitaba a seguir.  Paseamos sin rumbo por el interior de las murallas hasta llegar a la Ermita de Elvas. Allí, en una de las garitas de la muralla, se veía el gran acueducto de Amoreira. Es impresionante. Su estilo imita a los acueductos romanos y tiene 31 metros de altura. Es una de las construcciones más famosas de Elvas. 

 
 
 

Tras esta larga caminata, nos detuvimos a admirar el paisaje de sus alrededores. El sol se ponía y mudaba de color la tierra, los olivos y las viñas. Nos esperaba un cómodo alojamiento para descansar después de tanto trajín. Nos gustó mucho el Vila Galé. Su ubicación, el edificio en sí mismo (antiguo Convento de São Paulo), la comodidad y el excelente desayuno. La habitación resultó ser de lo más confortable y grande. Silenciosa y el sueño fue absolutamente reparador.