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24 febrero, 2024

Sierra Mágina, el poder de las montañas


Buscando información sobre Úbeda y Baeza, surgió información sobre rutas y senderos por Sierra Mágina. Pido perdón público por desconocer este territorio montañoso tan singular, con una enorme diversidad y riqueza forestal. Comprende una vegetación rica en olivos, pinos, bosques de adelfas, sabinas, enebros, encinas, cornicabras, romero, tomillo y otras plantas. La cumbre más alta que da nombre a este sistema montañoso es el Pico Mágina de más de 2.100 metros de altura. Es un territorio de altos picos y suaves valles agrícolas donde encuentras no únicamente altas montañas, peñas y picos como el de Torcal, el de Aznaitín o el de Cárceles o el de la Peña Jaén, sino también cerros, cañadas, lomas, ríos, cuevas, saltos de agua y fuentes.


Había leído mucho sobre el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, pero la Sierra Mágina ha supuesto una sorpresa muy interesante. El Parque Natural de Sierra Mágina tiene una superficie de 19.900 hectáreas. Forma parte de la comarca de Sierra Mágina que tiene una Denominación de Origen protegida. Por ejemplo, todo el aceite de esta zona lleva el sello de Denominación de Origen Sierra Mágina. Nosotros compramos aceite verde de primera prensada, porque no lo conocía y me gustó (le llaman “el oro verde” y es bastante caro, pero puedes comprar botellas de 1/2 litro). La economía local se basa en la producción de aceite, así como en la de las cerezas, los espárragos, el embutido de Jimena, o la repostería de Albanchez (el establecimiento Flor de Mágina tiene fama internacional) o el turismo.
 

En el territorio se reparten 9 municipios: Albanchez de Mágina, Bedmar y Garcíez, Bélmez de la Moraleda, Cambil, Huelma, Jimena, Jódar, Pegalajar y Torres. Algunos con pocos habitantes otros con bastantes más. De estos nueve municipios visitamos unos cuantos, como: Albanchez de Mágina y su castillo. Las panorámicas vistas desde el castillo son de esas que no se olvidan. Vale la pena subir los muchos escalones que hay y que te llevan hasta el castillo. 


En Bedmar y Garcíez visitamos el castillo de Bedmar por fuera (su interior estaba cerrado). Ya que estábamos por esa zona aprovechamos para disfrutar de la ruta del Adelfal del río Cuadros, un espacio protegido muy bonito en particular en invierno o en primavera, dado que hay bastante agua (no sé cómo será su caudal en verano). Caminamos por barrancos formados por el cauce del río. También, llegamos hasta la Cueva del Agua. Una cueva impresionante, aunque no tanto como otra que vimos en Tíscar. Sin embargo, no pudimos visitar el Santuario de la Virgen de Cuadros, ni la Torreón de Cuadros, que se hallan a unos 4 kilómetros de Bedmar, porque estaba todo el recinto vallado y cerrado. Tampoco hicimos el recorrido de El Caño del Aguadero, porque se necesitan horas para hacer los 16 kilómetros de recorrido. Eso sí, también visitamos el municipio de Jódar, sin embargo tampoco pudimos entrar a su castillo dado que en invierno solo abre los fines de semana con cita previa o para grupos. Así que, nos dedicamos a recorrer el Parque Periurbano Trascastillo. Un espacio situado en una ladera de la montaña con senderos y miradores en el lugar donde se encontraban las antiguas eras de Trascastillo. Un parque que necesita también el esfuerzo de todos los visitantes para mantenerlo limpio y cuidado.


De igual modo, pasamos por Torres y por Huelma (su castillo no abre en fechas invernales, no lo sabíamos), pero sí su iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción.

10 febrero, 2024

Sabiote y su castillo

Desde Úbeda a Sabiote hay poco más de 7 kilómetros. Si te alojas en Úbeda, como era mi caso, es una opción perfecta para conocer una población que mantiene un vínculo profundo con la tierra. Sabiote respira aire agrícola, seguramente porque cuando la visitamos estaba en plena época de la recogida de aceitunas. La localidad se halla sobre un cerro. A sus pies, el valle del río Guadalimar. Grandes y suaves extensiones de olivos que recuerdan, desde nuestra lejanía, a un manto de terciopelo verde.


Dada su cercanía con Úbeda y Baeza, mantiene un cierto vínculo arquitectónico. Les unen las aportaciones que el cantero y arquitecto Andrés Vandelvira, sus hijos y discípulos realizaron en estas tres poblaciones. En Sabiote, la casa de los Messias, la de los Mendoza, el palacio de los Teruel o el casa de las Manillas poseen similares componentes decorativos o arquitectónicos a la de otros tantos edificios de Úbeda o de Baeza. De hecho, en Sabiote vivió y trabajó uno de los hijos de Andrés de Vandelvira, el mayor, Alonso de Vandelvira. Cantero y arquitecto como su padre Alonso, construyó una parte de la iglesia parroquial de San Pedro en el siglo XVI. También ordenó la planificación de la plaza dónde se localiza dicha parroquia y el palacio de los Teruel. Más tarde se trasladaría de Sabiote a Sevilla donde trabajó para la casa de los duques de Medina Sidonia en Sanlúcar de Barrameda.


En Sabiote, su centro histórico gira alrededor de su gran castillo. El barrio cercano a la fortaleza o castillo se caracteriza por su aire medieval de estrechas callejuelas trazadas sin orden ni concierto. Simplemente, se acomodan al irregular terreno del cerro de la localidad. Aunque la ubicación infranqueable de esta fortaleza, se colocó en uno de los extremos de la muralla, no así su parte central. Los muros del castillo que dan al valle enfrente de la población de Navas de San Juan son altísimos y están prácticamente intactos. La zona del muro con menor altura se rodeó de un foso con puerta levadiza. Los muros, de estructura militar - fue fortaleza de la Orden Calatrava -, hacían del enclave un lugar inaccesible y protegido. A pesar de ello, y pese al poderío del Castillo, durante las guerras napoleónicas fue muy castigado.


Paseando por la zona del ayuntamiento comprendes por qué Sabiote fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1972. Recorriendo el paseo de los Torreones, descubrimos sus altas torres con sillares de piedra que, seguramente, formaban parte de sus murallas. Las puertas para acceder a intramuros como la de los Santos o la de Granada o el Arco Nuevo. También nos paramos a contemplar la torre del Reloj, la iglesia de Santa María y el convento de las Carmelitas Descalzas y otras casas solariegas todas ellas con gruesas rejas y amplias puertas de maderas nobles que encontrábamos mientras deambulamos por Sabiote


Pese a que llegamos muy temprano a Sabiote, el tiempo se nos echó encima y tuvimos que regresar rápidamente a Úbeda porque teníamos reserva para comer en el restaurante El Zaguán y no queríamos perderla.