Úbeda se localiza en el centro de la provincia de Jaén, sobre un alto cerro. Igual que Baeza, Sabiote o Iznatoraf. Es la capital de la comarca de Las Lomas. A Úbeda, le rodean extensiones de olivos y el valle del río Guadalquivir que nace en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas y que discurre casi en paralelo por la zona baja de la Sierra Mágina.
Úbeda es tan bonita de día como de noche. Su centro histórico ocupa una gran extensión del terreno. Si algo tiene Úbeda es la monumentalidad, porque el arte hecho piedra se manifiesta en cada calle, esquina o plazoleta. Pasear por el centro histórico de Úbeda es deleitarse con la vista. El arte, el ornamento y la arquitectura constituyen la esencia de la ciudad. Una arquitectura excepcional, renacentista o barroca, que ha perdurado durante siglos, porque la excelencia es intemporal. La impronta del arquitecto renacentista Andrés de Vandelvira está presente en la mayoría de edificios y en el entramado de la ciudad.
Sus recogidas plazas, como la de San Pedro, la de San Lorenzo o la del Marqués de la Rambla, acogen edificios monumentales como el Palacio de los Orozco o la iglesia de San Pedro, en la misma plaza de San Pedro o el Palacio de los Marqueses de la Rambla, en la plazoleta del mismo nombre. Aunque son plazas de dimensiones reducidas resultan igual de imponentes que las grandes plazas como la del 1 de Mayo con la bonita iglesia de San Pablo o la de Vázquez de Molina con los espectaculares edificios, como los del Palacio del Deán Ortega y la Sacra Capilla del Salvador.
En Úbeda, sus palacios casas solariegas, iglesias, fuentes, conventos o edificios civiles compiten para ser el mejor, el más armonioso, el más grande, el mejor ornamentado o el mejor situado. Cualquiera de esos edificios es apabullante por su belleza pétrea. En Úbeda, únicamente hacer el recorrido para ver su arquitectura religiosa, te puede llevar todo un día porque edificios religiosos hay muchos, tanto las situadas en la zona de intramuros, como las iglesias construidas en sus extramuros: la iglesia de San Miguel, la de San Pedro, la de San Lorenzo, la de Santa Clara, Santo Domingo, la de Santa María, la de San Pablo, la capilla del Salvador, la de la Santísima Trinidad, la de San Isidoro y la de San Nicolás y seguro que me dejo alguna.
Nuestro alojamiento estaba ubicado cerca de la plaza de Andalucía, en el meollo de Úbeda, al lado de la famosa calle Real. En los apartamentos Sol de Prior. En un bonito, limpio y cómodo apartamento con terraza en el que disfrutamos de tranquilidad y de la mejor ubicación posible para pasear a cualquier hora del día e ir como nos gustaba a la plaza de Santa Clara, a la del Ayuntamiento o a la del 1 de Mayo. Si íbamos a la plaza 1 de Mayo, aprovechamos para comprar dulces en la pastelería Doña Rosita. Si bajábamos por la calle Real era lógico llegar a cualquier lugar del centro histórico. Sin embargo, también disfrutamos de nuestros paseos por la calle Mesones y Obispo Cobos y acercarnos a ver exposiciones en el colosal centro cultural Hospital de Santiago, obra de Andrés de Vandelvira. Aquí se forjó un estilo renacentista propio que ha perdurado durante siglos.
Aconsejo visitar Úbeda y no sólo por su arquitectura. Es una ciudad animada, con vida en sus calles, bella, con buenos alojamientos y restaurantes (comimos muy bien, las dos veces que fuimos, en el restaurante El Zaguán y también en el restaurante Al Andalus). Como aliciente añadido Úbeda está muy bien situada, cerca de Baeza, de la Sierra Mágina y del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.