Afentiko Pigadi cerca de Methoni y Finikounda se convertiría en nuestro segundo destino en tierras helenas.
Desde Marathopoli pasando por Gialova y Pylos llegamos, al mediodía, a Methoni. El aire acondicionado de nuestro coche de alquiler, un Toyota, no era suficiente para enfríar el interior del coche del calor de 36 grados a la sombra de las 12:00h del mediodía. Todo el mundo estaba a cubierto en una sombra o en la playa.
Preguntamos en la gasolinera por la carretera de Tapia y por nuestro siguiente alojamiento las villas de Afentiko Pigadi. Estaban tan solo a 3 kilómetros de Methoni, en una zona rural con grandes extensiones de olivos y numerosos rebaños de ovejas.
En un principio, el que las villas estuvieran fuera del núcleo urbano nos pareció un inconveniente, porque te obligaba a coger el coche siempre que quisieras ir a la playa o al centro de Methoni. Pasada la primera noche, la ubicación nos pareció totalmente acertada. A 3 kilómetros de Methoni, a unos 3 kilómetros de la mejor playa de la zona Labes beach -Paralia Lampes- y a unos 6 kilómetros de Finikounda, un lugar especial. Ideal para pasear por las tardes o ir a cenar
Desde el primer momento, vimos que se podía acortar distancias por las carreteras rurales secundarías. Que pasan por el pueblo de Finiki, si vas a la playa de Labes (Paralia Lampes) o por el pueblo de Evangelismos si vas a Finikounda o las playas de sus alrededores. Las villas están en medio de todo lo más interesante de esta área geográfica.
Por las mañanas, tras el desayuno, cogíamos el coche y nos plantábamos a primera hora en la playa de Labes a la sombra de un parasol y en primera línea de mar. Al mediodía, pasábamos por las villas a ducharnos y después nos acercábamos a comer a Methoni.
Por las tardes, íbamos a la animada playa urbana de Finikounda o a recorrer la zona. Nos acercamos hasta Koroni, pero era mucho más turístico y caótico para aparcar y pasear que Finikounda o Methoni.
Total que, las villas nos permitieron una independencia que no hubiéramos tenido en otro tipo de alojamiento, en un hotel o una pensión. Porque el desayuno lo organizábamos nosotros a la hora que nos convenía y entrábamos y salíamos sin molestar a nadie.
Teníamos una buena zona de parking y la limpieza de las villas.
Nuestra villa Cyan era la más independiente y discreta de todas las villas y aunque tenía los paneles solares cerca, la vistas lejanas al mar eran bonitas. Así que fue un lugar perfecto para el descanso y desconectar de todo.
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