El castillo
de Methoni es una fortificación construida sobre duras rocas, que penetran en
el mar en la extensa bahía de Methoni. Esta bahía está protegida por la gran isla
de Sapientza.
La fortaleza de Methoni es impresionante por su tamaño. Ocupa una gran extensión de terreno. Tiene altos muros que la protegían de los ataques por mar y su localización es absolutamente estratégica para la protección de la ciudad.
La ciudad de Methoni y su castillo fueron
consecutivamente sede romana, bizantina, veneciana y otomana. Sus muros inaccesibles están rodeados por un foso en la
parte de tierra y por grandes rocas y el mar, en su parte exterior. Es inaccesible tanto por mar, como por tierra.
La parte más
característica del castillo y la que aparece en la mayoría de las fotos es la
de su torre octogonal que se adentra en el mar como si fuera un faro. Es una
torre muy fotogénica, tanto de día, como por la noche. En verano, los
atardeceres anaranjados y rojizos iluminan en tonos dorados los muros de la
fortaleza.
No abre por las tardes, así que debes provenirte de agua fresca para recorrerlo por la mañana, sobre todo en verano. Una fortaleza que se mantiene erguida para recordarnos la intensa vida de esa área geográfica.
Una de las distracciones de Methoni es la de ir antes de la puesta del sol a la cima de la colina y contemplar desde allí el hipnótico ocaso. Hasta que el sol se pone, los curiosos buscan hacer la mejor foto del atardecer heleno y compiten entre sí.
Nosotros no íbamos a ser menos, así que por las tardes subíamos hasta la colina para intentar captar la incandescente luz naranja del sol de verano.
En Methoni, otra de las distracciones es buscar la mejor foto del Castillo de Methoni, ya sea por las mañanas, al atardecer o por la noche, cuando las luces iluminan la fortaleza y su duplicado reflejo en el mar. Nosotros hacíamos lo mismo: buscar el mejor ángulo de la fortaleza.
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