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Casa de Moira, fascinante

Existen alojamientos que se convierten en parte fundamental del viaje. Son una experiencia en sí mismos. Casa de Moira en Avis tiene ese algo fascinante que te engancha justo al cruzar el umbral de la entrada.

  

El alojamiento es discreto por fuera, pero por dentro es sencillamente acogedor. Te cobija en su regazo. Te subyuga y te atrapa.

De entrada, te atrapa gracias a la excelente acogida del dueño que, con amable sinceridad, te abre su alojamiento y te hace sentir como si fuera tu casa. Cómodo y relajado

 
 

Después, Casa de Moira te subyuga por su magnífica localización. Las vistas desde su terraza se extienden al bonito paisaje del Alentejo. También, por la belleza sorprendente del inmueble y por los detalles artísticos de la decoración. Detalles pensados y estudiados, pero que parecen colocados al azar. No hay dos habitaciones iguales. En este alojamiento, cualquier estancia está decorada con personalidad, sensibilidad y estilo.  

 
 

El alojamiento está repleto de cerámica popular. De cuadros en óleo o acrílico, de dibujos, grabados y acuarelas, de láminas antiguas y de esculturas. Entremezcla lo tradicional con lo vanguardista. Una espontánea mezcla de muebles de anticuario y muebles contemporáneos. Estanterías repletas de libros de Arte. Cómodos sofás para disfrutar mientras ojeas un libro ilustrado, una revista o lees un buen libro.


En cada rincón, se percibe un verdadero interés por embellecer el entorno. Todo está colocado con una delicadeza inusual. Fue una experiencia memorable. 

Desde las ventanas de nuestro alojamiento, veíamos el patio con la alberca y teníamos unas vistas estupendas a una torre medieval. Encima, si mirábamos hacia la lejanía, podíamos contemplar el ondulante y verde campo alentejano en invierno.

 
 

Asimismo, por las mañanas al abrir los porticones de las ventanas veíamos flotar la misteriosa niebla que rodeaba a Avis a primera hora de la mañana. Le daba un aire secreto al entorno. Niebla que se disipaba poco a poco con la fuerza del sol. Delicada poesía para una urbanita como yo.

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