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Mourayio, la cortesía de un buen bed and breakfast

Camino de Ermioni nos detuvimos en varias pequeñas playas que hay por la zona de Agios Emilianos.

Toda esa área geográfica posee una costa recortada y abrupta, con una espesa vegetación que llega hasta la misma orilla.
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El sol de mediodía apretaba con fuerza y la visión de Ermioni, tras una curva, nos pareció un espejismo. Llegamos de esta forma y después de nuestro largo recorrido por Laconia, Arkadia y la Argólida, a nuestro siguiente alojamiento, un elegante bed and breakfast: Mourayio (Mouragio).
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A nuestra llegada, Pamela, la dueña del establecimento nos recibió con una amplia sonrisa. Acogedor recibimiento. Seguidamente, nos ofreció toallas húmedas y frías para refrescarnos y un batido recién hecho de frutas frescas. Imposible tener un mejor recibimiento.
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Tras esta cálida bienvenida nos llevó a nuestra habitación: Ostria. Una habitación cálida y relajante. Decorada con tonos claros, amarillos y dorados, que hacían resaltar, aun más, el azul profundo del mar griego y el cual podía verse desde la terraza de la habitación.
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Pero sin dudarlo, lo mejor del alojamiento es la elegante cortesía y generosidad de Pam, la propietaria del Mourayio. Sus desayunos creativos y variados (diferentes cada día) son para recordarlos siempre.
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Igualmente, las indicaciones que nos dió sobre la zona, fueron imprescindibles. Nos encaminó a conocer las mejores playas de los alrededores de Ermioni. Sin sus indicaciones, jamás hubiéramos llegado hasta ellas, porque estaban realmente escondidas.
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Un punto y aparte son las estimulantes vistas desde la terraza del alojamiento. No podían ser mejores y todo gracias a la perfecta ubicación del mismo. Está situado en la zona de Mandraki, al sur de Ermioni. A sus pies, el puerto deportivo para grandes embarcaciones de vela o catamaranes.
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La situación del alojamiento es perfecta, en el centro de la villa, enfrente del pequeño puerto deportivo y orientado hacia el mar y el Ormos Kapari. Observábamos perfectamente todo lo que ocurría y no podía ser más distraído y divertido ver ese ajetreo de las embarcaciones. Los barcos iban y venían. Normalmente atracaban allí por la noche o atracaban a primera hora del día o de la tarde, para comprar comida fresca o llenar los depósitos de agua potable.
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Asimismo, a lo largo del paseo paralelo al mar se sitúan la mayoría de tabernas y cafeterías.

Justo enfrente del paseo, se halla el islote y el cabo de Kapari, que dan nombre a la bahía. Para los amantes del buceo, los alrededores del islote y del cabo son excelentes para la práctica de este deporte. Toda esta zona está rodeada de islas e islotes, muy cerca se halla la renombrada isla de Hydra y la inhóspita y enorme isla de Dokos.

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