Desde nuestro alojamiento en el Princess Kyniska Suites pusimos rumbo a nuestro siguiente destino: Poulithra. Habíamos estado el año pasado y el anterior, nos gusta tanto que decidimos pasar un par de noches allí, antes de ponernos rumbo a Porto Heli.
Desde nuestro alojamiento en Karavostasi tuvimos que pasar por Plitra y Molai para coger la carretera que discurre por una gran parte del Parque Natural del Monte Parnon y atravesar los pequeños pueblos de Koupia, Niata, Zarakas, Kremasti y Peleta para llegar al fin a Poulithra.
Una vez en Poulithra decidimos alojarnos en el hotel Smyros Resort por su localización inmejorable.
Al principio, cuando pisamos por primera vez el hotel nos sorprendió tanta piedra y nos pareció demasiado rústico, ya que todo el hotel está construido en piedra a imitación de las antiguas casas de esta zona del Peloponeso.
Las paredes de este hotel están edificadas con sillares de piedra unidos con cemento y los tejados a cuatro vertientes, con tejas rojas. Cuando entramos en la habitación observamos que las paredes eran también de piedra. Parecía una habitación oscura. Veníamos del hotel Princess Kyniska Suites un hotel moderno, con todos los lujos posibles y aterrizamos en este hotel sencillo y al estilo rural, pero cuando abrimos el balcón y la ventana y vimos el paisaje nos quedamos extasiados con la fantástica perspectiva visual que desde allí se divisaba de la Bahía de Poulithra. Así que también nos gustó este alojamiento.
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Las paredes de este hotel están edificadas con sillares de piedra unidos con cemento y los tejados a cuatro vertientes, con tejas rojas. Cuando entramos en la habitación observamos que las paredes eran también de piedra. Parecía una habitación oscura. Veníamos del hotel Princess Kyniska Suites un hotel moderno, con todos los lujos posibles y aterrizamos en este hotel sencillo y al estilo rural, pero cuando abrimos el balcón y la ventana y vimos el paisaje nos quedamos extasiados con la fantástica perspectiva visual que desde allí se divisaba de la Bahía de Poulithra. Así que también nos gustó este alojamiento.
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El Smyros Resort es un hotel rústico, pero cumple de sobra con los requisitos indispensables para hacerlo aconsejable y cómodo. Es un hotel plácido. Los dueños son amables. Los desayunos correctos. Las vistas imprescindibles. Todas las habitaciones dan a la bahía y disponen de unos cómodos balcones en dónde sentarse para observar el mar y las altas montañas.
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Además, dispone de otros alicientes como una excelente piscina con unas extraordinarias vistas panorámicas de todo el entorno, un parking a la sombra y una zona de desayuno pequeña, pero con bonitas vistas a las montañas, al mar y al jardín.
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La piscina está ubicada sobre un acantilado, con buenas vistas al mar y también a la montaña. En las rocas del acantilado han habilitado una pequeña zona con cuatro tablones y una escalerilla para poder entrar y salir del mar sin problemas. Así que puedes nadar en el mar de Myrtoo y después dar unas brazadas en la piscina. En la piscina se distribuyen bancos de madera, mesas, sillas, tumbonas y parasoles para descansar mientras tomas algo fresquito y contemplas ese espectacular paisaje.
El jardín era sin duda otro de los fuertes del hotel. Verdaderamente espectacular. Tan bien cuidado que parecía un edén con plantas aromáticas, árboles y arbustos. Buganvilias, sauces, ficus y grandes geranios floridos rodeaban la zona de la terraza en dónde se servían los desayunos. Desayunabas con el aroma de la albahaca y la menta.
El Smyros Resort no es un hotel sofisticado, pero es un hotel limpio, cómodo y agradable. Una magnífica opción de alojamiento si vas a Leonidio o Poulithra. Nosotros pensamos volver...
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