La playa de Plytra o Plitra detenta, año tras año, la distinción europea de bandera azul. La calidad de sus aguas es evidente, pero también la de su arena tostada.
Dispone de todos los servicios que necesitas para pasar un feliz día de playa. Las sombrilla y las hamacas tienen un coste de 6 euros para todo el día.
Por la mañana a primera hora, pagamos los 6 euros por la correpondiente sombrilla y sus dos hamacas, nos dieron un resguardo con el que pudimos volver sin pagar de nuevo por la tarde. Además, los chiringuitos te sirven las bebidas allí mismo, a un precio más que razonable. Resulta comodísimo ya que no tienes que acercarte a pedir la bebida, ni hacer cola.
La playa es inmensa, toda de arena y es poco profunda, solo a ambos lados de la gran playa hay unas zonas rocosas.
Es una tranquila playa familiar, absolutamente plácida. El agua clara y limpia de la bahia de Xylis atrae como un imán a los habitantes de los pueblos de los alrededores. Vienen desde Esparta, Molai, Asopos y Papadianika, aunque también hay veraneantes que vienen de Trípoli y Atenas.
En verano, reúne a una considerable población que viene a pasar las vacaciones. No vimos muchos turistas extranjeros, solo franceses y algunos alemanes. El resto eran veraneantes griegos.
Una playa hermosa y en la cual puedes llegar a apreciar con profundidad la genuina vida griega. Son veraneantes pacíficos y hogareños. Los niños juegan en la orilla solos o acompañados de algún familiar. Una conquistadora y relajante estampa.
Para muchos cosas tendríamos que aprender a vivir como los griegos. Felices, familiares, tranquilos, educados y ligados a la tierra. Una buena aportación a la Unión Europea.
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