Se trata de un típico restaurante que algunas noches se
transforma en café teatro, para escuchar música en vivo o como local para hacer
representacions diversas tales como lectura de poesía o representacions teatrales. También
funciona como sala de exposiciones. Cuando lo visitamos había una exposición de fotografia
muy interesante.
Nos decantamos por él debido a su cercanía con nuestro alojamiento y al Largo da Oliveira y también, como no, por estar abierto, ya que algunos restaurantes, localizados en el centro histórico, solo abren por las noches.
El local es muy agradable. Un edificio antiguo transformado y acondicionado para su uso público. Dispone de dos
pisos. La planta baja funciona como restaurante, en la parte superior está
habilitado como bar y también como café teatro.
Pedimos pulpo y ensalada. Mucho mejor el pulpo a Lagareiro que la
ensalada vegetariana. Todo regado con un vinho verde de la casa. Nos pareció muy bueno,
aunque era un vino sencillo. También, era fresco y suave y entraba muy bien con
el tipo de comida que habíamos pedido.
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