Este año, hemos vuelto a Creta. Nos impactó y gustó tanto la zona oeste de la isla, que decidimos conocer el este de Creta.
La llegada a Heraklión la volvimos hacer con la compañía aérea Vueling. El horario, de madrugada, sigue siendo terrible. Pierdes tiempo de descanso y llegas agotada. Las oficinas de alquiler de vehículos no abren hasta las 7 de la mañana, así que toca esperar, en el aeropuerto, a que las abran. Pero, ya sabes, si quieres un vuelo directo has de hacerlo por la noche (por ahora...).
Alquilamos un coche y fuimos directos a Malia para visitar el yacimiento arqueológico.
De hecho, fuimos directos a Malia huyendo de la zona de ocio cercana a Heraklión.
Pasamos de largo una serie de poblaciones abarrotadas de turistas: Kato Gouves, Analipsi y Hersonissou. Están repletas de tiendas de regalos, bares, discotecas y locales de ocio para los turistas menos exigentes o simplemente para turistas que no buscan, desde luego, la tranquilidad.
Llegamos a primera hora de la mañana al emplazamiento arqueológico de Malia.
Queríamos conocer el tercer yacimiento minoico en importancia después de Knossos y Festos y que se halla a poco más 30 kilómetros de Heraklión, muy cerca de Sissi.
El palacio de Malia se extiende en torno al patio central, igual que en otras ciudades minoicas. A su alrededor, se encuentran las dependencias y salas reales. Cerca los santuarios y almacenes. Quedan en pie algunas grandes vasijas de barro en dónde se guardaban los cereales, el aceite y el vino.
¿Qué más se puede pedir?.
Solamente comentar, que las playas del oeste de Creta no tienen nada que ver con las playas del este de la isla. En el este no hay una playa tan espectacular y escénica como la playa de Balos. Tampoco encuentras una playa tan kilométrica de arena blanca y mar de color azul Caribe como la playa de Elafonisi.
En la zona este de Creta las playas son más pequeñas y rocosas. Esta zona oriental de la isla es más rural y rústica .
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