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30 septiembre, 2011

Triopetra beach

El hotel en el que nos alojamos el Pegasus resort se encuentra muy cerca de la playa de Triopetra. Claro que para ir a la playa se tiene que coger el coche,  porque el hotel está construido justo en lo alto de la ladera de una montaña. Demasiado lejano de la playa para ir andando, sobre todo con el fuerte sol del julio cretense. Supongo que en primavera y también en invierno debe ser muy agradable hacer este camino hasta llegar a la playa (aunque no sé si será igual de agradable hacer el camino de vuelta dada la inclinación tan pronunciada del terreno).


La primera vez que vi la playa de Triopetra quedé prendada. Fue un amor a primera vista.



Se trata de una playa, prácticamente sin construcciones, situada a los pies de las cadenas montañosas de Asiderolo y Oros Kedros. Una playa indómita y rústica.

Triopetra es una playa larga de arena de color tostado, con algunas zonas de pequeños cantos rodados.



La playa queda dividida, a partir de tres grandes rocas que dan nombre a la playa, en dos. Una zona de la misma en el lado este y la otra hacia el oeste.

Me gustó especialmente, la zona oeste. Es el área de playa más grande y salvaje. Además, aunque está menos protegida del viento, la visión de las altas montañas, con un poco de bruma marina, se convierte en un espectáculo mágico, digno de contemplar.  Desde allí los atardeceres parecen irreales, hasta marcianos.


El agua del mar es transparente y limpia. La playa dispone de parasoles y hamacas. En algunos sectores existen áreas arboladas y, tanto en la parte oeste como en la este, hay tabernas o bares de playa. Algunos sirven comidas tanto por la mañana y cómo por la noche.



En el oeste de Triopetra se encuentra una de mis tabernas preferidas en la isla. Allí disfruté de la visión excepcional  de la playa mientras comía una ensalada griega y unas sardinas a la brasa. También desde ese lugar contemplé unas puestas de sol inolvidables.




Os muestro las fotos del lugar. Volvería a esa taberna con los ojos cerrados. Absolutamente recomendable y no sólo por las vistas.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

... si esto no es el paraíso, se le debe parecer bastante. Además con unas sardinas a la plancha de por medio, en la cuna de las civilizaciones mediterráneas.... ¡la mare de Deu! No tinc paraules. RZ

CarmeLa dijo...

RZ,
Para llegar a esta playa debes atravesar unas montañas altísimas, por una carretera estrecha y con muchas curvas, pero te aseguro que compensa. No sólo por las sardinas a la brasa, también, por sentirte aislado del progreso y experimentar la naturaleza en su estado más puro (... y sin mosquitos, ¿eh?)
Besos