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12 octubre, 2024

Parque Natural da Ria Formosa, desde Olhão

Pese a la evidente fragilidad del entorno, el Parque Natural Ría Formosa es un gran espacio de una biodiversidad que asombra. Las mareas llenan o vacían de agua del mar el terreno que lo circunda. Un terreno ideal para formar salinas. Este inmenso humedal se extiende a lo largo de 60 kilómetros de costa y abarca unas 18.000 hectáreas de territorio de una gran riqueza de flora y fauna. Cuando baja la marea, el terreno se vuelve un poco pantanoso y es posible observar multitud de animales en su rico hábitat. Un entramado de islas crean un sistema protector para la costa. Son cinco islas las que rodean este enclave: Armona, Culebra, Deserta (Barreta), Tavira y Cabanas. Todas ellas se extienden a lo largo del vasto litoral protegiendo las ciudades del envite del mar Atlántico. Forman ensenadas y bahías que protegen el espacio. Las numerosas playas se forman tanto en la zona de la ría como en el mar. Se trata de arenales marinos con vegetación dunar donde se agolpan multitud de aves tanto residentes como migratorias, flamencos, cigüeñas, abubilla, gaviotas...


Cuando visitamos el PN da Ria Formosa ni por asomo nos podíamos imaginar la gran variedad de este territorio. Se suceden los arenales de arena fina, casi blanca, que con la marea baja dejan al descubierto un gran número de conchas de bivalvos, navajas y almejas de todo tipo. Un inmenso espacio dunar en el cuál han construido unas pasarelas de madera para proteger la duna y su frágil flora del paso de los visitantes.



En 4 días de estancia en Olhão, tuvimos que seleccionar qué ver. No deseábamos hacer una visita superficial del Parque Natural de Ría Formosa. Queríamos conocer a fondo su espacio protegido. Necesitas varios días para conocer las cinco islas. En nuestro caso, dedicamos tres días, de los cuatro días, a visitar la isla de Armona (Ilha da Armona). La elegimos por sus arenales y sus bonitas playas y, sobre todo, porque en 15 minutos se llega del puerto de Olhão al puerto de Armona. Así nos cundía más el tiempo, tanto estancia en la isla como de disfrute en las playas.


El primer día que tomamos el ferry a la ilha da Armona, la luz del sol teñía de dorados y reflejos naranja las pequeñas casas que rodean el puerto. Se celebraba un festival en la misma playa con música en directo y la gente estaba eufórica bailando y cantando. Una explosión de vitalidad que nos llenó de energía y de buen rollo para el resto del viaje.


En la isla de Armona nadamos en la playa del puerto y visitamos la Lagoa dos Patos. También pasamos un día entero caminando y nadando por la gran ensenada de Fuseta, sobre todo nadando en la playa de Tesos (Fuzeta ria) donde el agua es más templada y tranquila que en la playa de Fuzeta mar.


Nos costó mucho dejar este entorno y volver a nuestras obligaciones laborales. El lugar te subyuga, te relaja. Olhão es una ciudad portuguesa encantadora, con un aire calmado y que te conecta fácilmente con su naturaleza periférica.

2 comentarios:

Paco Piniella dijo...

Ese paseo en barquito es una maravilla.

CarmeLa dijo...

Hola, Paco, ni que lo digas!. Saludos