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27 julio, 2024

Othoni, vivir el relax



Llegar a las islas Diapontia por tu cuenta, no resulta sencillo si no conoces muy bien cómo hacerlo porque no hay indicaciones. Algunos agentes turísticos te ofrecen el viaje en barco que consiste en atracar en una cala o playa y refrescarse en el mar. Le llaman un "all tour". También te suelen dejar en una zona con restaurantes en la que poder comer. Tras la comida, el barco emprende el regreso al lugar donde comenzó el trayecto.
 
Mathraki

Nuestra intención era llegar por barco de línea regular a la isla de Erikousa (distante a unos 15 kilómetros de la costa de Corfú) una de las islas que componen el archipiélago de las islas Diapontia. Estas islas se localizan en el mar Jónico y están bañadas con la brisa fresca del mar Adriático.


Cuando llegamos a puerto Stefanos cercano al cabo Kefali, nuestro barco había zarpado a las 8:30h. Creíamos que partía a las 10:00h, así nos lo había indicado la gerente de nuestro apartamento. Fue una confusión idiomática. Ella creyó que queríamos hacer "all tour" y nosotros queríamos llegar a Erikousa por nuestra cuenta y visitar las zonas más bonitas de la isla, bañarnos y comer allí.

Othoni

Nos vimos obligados a cambiar nuestro destino y acabamos yendo a Othoni (Othonoi), otra de las islas de ese archipiélago. Eso sí, fuimos cómo queríamos ir desde el principio en un barco de línea regular (sólo van 3 días a la semana). Un barco cargado de comida, bebida y suministros diversos para abastecer la isla. Finalmente pudimos acceder al barco hacia Othoni. Hizo una parada en la isla Mathraki y pensamos que sería un lugar ideal para pernoctar unos días en esa pequeña y frondosa isla de Mathraki.

Othoni es la isla más grande de las tres que forman el archipiélago. Las otras dos son Mathraki y Erikousa.


Othoni es la isla más occidental de las tres y también la más grande. Suelen visitarla muchos italianos, pues no está lejos de Italia. Es sin lugar a dudas un lugar tranquilo y muy relajante. Cerca del puerto donde atraca el barco se encuentra una playa de arena. Nos sorprendió la claridad del agua. Se veía perfectamente el fondo arenoso con algunas zonas salpicadas de posidonias. Una playa de estilo caribeño pero con el agua un poco más fría y refrescante. Estaba tan deliciosa y el calor tan intenso que era difícil salir de ella.



En el frente marino de la bonita playa de Ammos, se erigen casas dispersas de dos plantas de alegres colores con pequeños jardines llenos de flores y buganvillas. Algunas, en la segunda línea de mar, tienen también su pequeño huerto. Hay dos playas más, una de guijarros Agia Triada, la más cercana al puerto y otra rocosa, la playa de Molos. En ellas se suele practicar el buceo. Ammos es una playa de arena dorada, casi blanca. Su forma es de media luna. Es una playa familiar. Nada peligrosa. Y eso sí, has de entrar mucho en ella para que te cubra. 

Paralia Ammos

Nos encontramos con muy poca gente pero nos dijeron, mientras comíamos en el restaurante New York, que en julio y agosto se llena y si no lo buscas con tiempo suficiente es imposible encontrar alojamiento o un sitio libre en cualquier restaurante. Es cierto también que no hay muchos lugares para pernoctar ni tampoco restaurantes en la isla de Othoni.
 

Para recorrer la isla es necesario hacerlo cuando el sol no apriete o bien alquilar uno de los pocos vehículos que se rentan en la isla. No hay taxis, con lo que únicamente pudimos visitar una pequeña parte de la isla. Aunque sí existe un servicio de alquiler de canoas para llegar a las playas de más complicado acceso.
 

Othoni es una isla sorprendente para experimentar sin prisas también su vida rústica. Un rincón para sentarte y observar con calma. Tiene aire de lugar perdido. Lejano. Nadar, descansar, relajarse, hacer buenas siestas y leer un libro. De allí sales nuevo. Renacido. 

14 julio, 2024

Paxos, la joya jónica

Gáios

Llegar a la isla de Paxos no tiene ninguna complicación. Existen multitud de posibilidades de alcanzar esta isla desde diferentes puertos griegos. Depende en gran medida de tu localización para escoger el más idóneo. Se llega a Paxos desde la capital de Corfú, desde Igoumenitsa, Parga, Sivota, Lefkada y desde el puerto de Lefkimmi en el sur de Corfú.

Como nos gusta ir en un ferry de línea regular, optamos por elegir la ruta que sale desde el puerto de Lefkimmi. Una buena carretera desde Perivoli te conduce hasta el puerto de Lefkimimi. El billete nos costó 15 euros por trayecto y persona. Nuestro alojamiento estaba en Notos lo elegimos por su cercanía a unas excelentes playas y al puerto de Lefkimmi. De hecho, desde Notos puedes hacer muchas excursiones ya que está cerca de Boukari, Petríti, Agios Nikolaos, Chlomos, del lago Korission, de la playa de Issos, de la playa de Marathias, de Agios Georgios sur, de Perivoli, de Vitalades y la playa de Gardenos (nuestra preferida).


Cuando llegas a Paxos comprendes in situ su fama de isla bonita. Es una isla cuidada, y protegida. También lo son las poblaciones que visitamos, tanto Gáios, la capital, como Loggos/Longós y Lakka.

Loggos

Todas ellas disponen de buenos servicios y las municipalidades miran por cuidar su entorno, pese a la ansia devoradora de las constructoras. Pudimos comprobar que los municipios intentan que haya un poco de orden con los aparcamientos indebidos. Vimos poner multas a varios coches por impedir el paso a los peatones o por bloquear entradas a las viviendas. Eso dice mucho del cuidado que tienen en que funcione y se respeten las normas municipales de la isla. Si no se cumplieran, Paxos estaría devorado por el incivismo. Habría coches hasta en la arena, aunque no los pudieran luego sacar.
 

Gáios, la capital, es agradable y cosmopolita, con buenos comercios y mejores restaurantes. Una estupenda población para alojarte si buscas también movimiento, servicios y diversión. Es una ciudad que no para, aunque también tiene su punto relajado con las tabernas y los barquitos de pescadores.


En Gáios alquilamos un coche para recorrer la isla y buscar una bonita playa, sobre todo con sombras. En junio, en Grecia el sol ya abrasa. Alquilamos el vehículo en la agencia Car-rot rent a car. El propietario era muy simpático y facilitador. Fue una experiencia para repetir. Nos sugirió ir a la playa de Marmani, en Loggos.


Loggos es una pequeña población con un pequeño puerto pesquero recogido y delicioso. Poco urbanizado si lo comparamos con la población y el puerto de Lakkas
Lakkas es una animada población rodeada de urbanizaciones semi escondidas entre pinos. En su puerto atracan infinidad de barcos de recreo y veleros. Allí puedes comer mientras observas los barcos ir y venir. Está repleto de tabernas, restaurantes y cafeterías, aunque nos comentaron que Lakkas es muy tranquilo por las noches, pero dudo que lo sea tanto como Loggos que es mucho más recogido y cuenta con menos urbanizaciones.

Paralia Marmani

La playa que nos aconsejaron en Loggos, Marmani, no está urbanizada. No tiene parasoles, pero sí buenas sombras a los pies de altos olivos. Los olivos enormes dan cobijo para poder tumbarse a leer sin la molestia del sol o para hacer una siesta.

Lakkas

A la hora de comer, después de nadar un buen rato, fuimos a la vecina playa de Levrechio donde hay un restaurante. Comimos en la taverna Bouloukos a pie de playa, al aire libre, con buenas vistas y un servicio de primera.


La fama de Paxos hace que catamaranes y veleros se acerquen hasta sus calas y playas. Si estás en la playa nadando es molesto tanto trajín de anclas arriba y abajo. Resulta casi imposible la armonía entre nadadores y los barcos. En Marmari, por ejemplo, que es una playa no muy grande, familiar y silenciosa no vimos ni una sola vez el horizonte sin veleros, catamaranes o barcos de recreo. El precio de la fama.

09 julio, 2024

Corfú, un destino cercano


Nuestra tercera vez en Corfú en temporada estival


Existen muchas razones para ir a Corfú. La principal: nos gusta Grecia y el viaje en avión es directo y relativamente rápido desde nuestra ciudad a ese territorio heleno. Las razones secundarías también son muy importantes. Los griegos son buena gente, amables y acogedores. Dispone de magníficas playas (algunas se encuentran entre las mejores del mundo) y de vegetación abundante. Desde Corfú, puedes acercarte a la zona del Epiro, a Lefkada, a Paxos y Antipaxos, a Albania y a las islas Diapontia. Es decir, existen muchas posibilidades de hacer cosas muy diferentes desde Corfú. También puedes dar con lugares poco explorados y explotados turísticamente hablando, aunque eso sí suelen ser de complicado acceso. Se come estupendamente en casi cualquier restaurante o taberna y los alojamientos familiares suelen ser confortables.


Es verdad. También tiene inconvenientes (como cualquier otro lugar del mundo). Algunas zonas del litoral están fuertemente explotadas turísticamente. Claramente se nota en algunos tramos de costa el despiadado impacto ambiental. Existe un cierto desorden urbanístico (como en otros lugares del Mediterráneo). El caos de las carreteras en algunos puntos dificulta la conducción, por falta de señales de tráfico o carteles informativos cubiertos por la vegetación o borrados por el abrasador sol griego. Circular por los alrededores de la capital resulta agotador. Es un embrollo. A todo esto hay que añadir que, las carreteras suelen ser estrechas y zigzagueantes para poder salvar los grandes desniveles de terreno que discurren de la playa a la montaña. Corfú es una isla muy montañosa.



Pisar suelo heleno siempre nos alegra. Descansamos profundamente y hacemos mucho deporte acuático, aunque el calor nos impide realizar largas caminatas (nos gusta mucho caminar). Intentamos siempre descubrir nuevos destinos dentro de la isla y conocer lugares que no habíamos visitado en viajes anteriores. No obstante, también disfrutamos repitiendo los lugares que nos han agradado en los viajes anteriores: Afionas, Agios Georgios Pagon, Boukari y la playa de Gardenos.


Sin embargo, en este último viaje hemos comprobado que en Boukari -zona con una gran extensión de posidonias- empieza a haber una peligrosa saturación de la costa. Ha perdido parte de su tranquilidad. Han construido grandes hoteles  y un buen número de villas privadas con piscina a pie de playa y todo ello a pesar de que la carretera de la costa es bastante estrecha y paralela al mar. Hay que tener en cuenta que, la existencia de grandes hoteles conlleva un trajín de coches, motos y autobuses que circulan por la estrecha carretera de Boukari