Escondido entre montañas, sobre un cerro y situado en un pequeño valle se localiza Belmonte de San José. A pesar de que está a 662 metros de altura, le rodean montes de mayor altitud -de unos 900 metros-: el Sideral, Altos de Tossal y los Puntals.
Llegamos a Belmonte por pura casualidad, en un intento de acortar camino hacia el sur. Nuestro primer contacto fue una parada en la Ermita de San José. En la carretera comarcal A-2409 lucía un sugestivo cartel anunciador con el nombre de la ermita. Así que decidimos visitarla. Desde ella, pudimos contemplar las grandes extensiones de pinares y cultivos de secano que rodean este enclave. En la base del valle aparecía la silueta de la iglesia de Belmonte de San José, la iglesia parroquial de San Salvador. Fue una aparición muy grata. Nos sorprendió la ermita y también como la visión prácticamente aérea de Belmonte de San José. De hecho, la citada localidad está rodeada de espacios naturales muy interesantes y totalmente desconocidos para mí.
En Belmonte es difícil aparcar dado que es una población prácticamente amurallada, con puertas de entrada y estrechos y abigarrados callejones. Aparcamos cerca de la piscina municipal. Deambulando por las estrechas calles del pueblo, relajados y felices, llegamos a la conclusión que no puede haber un lugar más tranquilo que éste. Existe constancia escrita que en el siglo XIII, Belmonte de San José estaba dentro de los territorios concedidos a la orden militar Calatrava. El urbanismo de Belmonte es el típico medieval con una calle central, la calle Mayor, que articula a su alrededor en forma concéntrica el resto de callejuelas.
De las antiguas puertas de su muralla, solamente queda la de Soldevilla; las otras, son reconstrucciones posteriores: la Mola, Muret, Portell y Villa de Madrid. Los edificios más palaciegos de Belmonte se hallan o bien en la calle Mayor o bien cerca de la iglesia parroquial de San Salvador. Entre ellas, la casa Consistorial, las casas de los Bosques y el horno calatravo. Una de las construcciones más interesantes es la nevera de Belmonte. Se trata de un pozo de planta circular con una gran cúpula declarado monumento como Bien de Interés Cultural (BIC).
Una visita, en suma, muy recomendable.
2 comentarios:
Todos esos pueblos extremeños están por lo que se ve muy relacionados con las órdenes militares medievales.
Hola, Paco. Sí, en Extremadura hay muchos castillos ligados a las antiguas órdenes militares medievales. Belmonte de San Jose, también está ligado a las órdenes militares medievales, pero este pueblo se halla en la provincia de Teruel, cerca de Alcañíz.
Gracias por la visita
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