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Paleo Perithia, singular belleza


Desde Kassiopi, antes del desvío hacia Agios Spirindon, se encuentra la bifurcación hacia Perithia. Desde allí por una carretera estrecha y zigzagueante, camino hacia la cumbre del monte Pantokrator, llegas a Old Perithia -Paleo Perithia o Palea Peritheia-. Este pequeño enclave es uno de los más antiguos de Corfú. La dificultad de llegar hasta allí desde la costa ha propiciado su lento abandono.La localidad se halla en la loma más cercana al monte Pantokrator, en un pequeño y fértil valle donde la naturaleza asalvajada campa a su gusto y nos advierte de la dureza de este terreno. Los edificios señalan la importancia que en día tuvo, pese a ser un lugar pequeño.

No muy lejano, en línea recta, está el mar Jónico, pero aquí ya se aprecia que los inviernos han de ser duros, por su cercanía al Pantokrator.

De hecho, todas las casas cuentan con grandes chimeneas. El pueblo estuvo habitado durante siglos, incluso por piratas que encontraron aquí su mejor escondite.


Es un lugar misterioso dónde, entre matorrales y piedras, surgen antiguos edificios erigidos en piedra, algunos de ellos en estilo bizantino del siglo XIV. Otros, también en estado o ruinoso o bien conservados, en estilo veneciano, la mayoría del siglo XVI.

Finalmente, este lugar fue dejado a su suerte, casi por completo, en los años 60. Los últimos habitantes se fueron a vivir a un lugar menos complicado de acceder.

Actualmente, en Paleo Perithia, se han instalado tabernas y restaurantes en las viejas, destartaladas y semi abandonadas viviendas, tras acomodarlas y restaurarlas.

Paleo Perithia es un lugar curioso. Anclado en el pasado donde poder apreciar mejor su rica arquitectura corfiota. No dejes de visitar la capilla de Agios Iakov.


En nuestro caso, aprovechamos la visita a Old Perithia para comer en una de sus muchas tabernas. Elegimos para ello el Gregory steps un fresco lugar con una terraza en madera y detalles decorativos antiguos: una balanza, cómodas antiguas, utensilios de labranza, antiguas tejas decoradas. Aunque, solo es uno de los muchos restaurantes donde puedes comer bien allí. Se suele pedir carne de cordero, costillas a la brasa y ensaladas. Y está todo muy rico.

 

Un mes después de nuestra visita a Old Perithia, leí que el incendio que comenzó en Nissaki, este verano del 2023, corrió como la pólvora  y creo que afectó parte del monte de esta zona. Una pena. 

Liapades, azul y verde

Liapades cuenta con las playas más bonitas de esa zona de Corfú: Liapades, Rovinia y Limni Glyko.


Llegamos desde Kassiopi a Liapades después de perdernos por estrechas carreteras rurales donde prácticamente no pueden circular dos coches en sentido contrario. Lo más común es parar para hacer maniobras para que los coches puedan avanzar.


Elegimos alojarnos en este enclave por ser menos turístico que su vecino Paleokastritsa. De hecho en Liapades vive gente todo el año. Hay escuelas, servicios, hornos de pan, bares, cafeterías y restaurantes. También hay, por consiguiente, alojamientos y supermercados.


El centro histórico de Liapades se mantiene sin muchos cambios, pero resulta evidente la necesidad de una buena rehabilitación y restauración de su rico patrimonio, dañado por la humedad y la lluvia.


En Liapades puedes vivir una verdadera experiencia griega. Niños jugando en las calles y el relax en la cafetería. Comimos en dos tabernas diferentes. Un día en el centro de Liapades, en Marineris, al lado de la iglesia Agios Nikolaos. Otro día en la carretera camino a la playa de Liapades, en el Grill Skampus. Los dos son restaurantes correctos, pero en el Grill Skampus estás en una carretera rodeada de huertos y árboles frutales y ves pasar bicicletas, coches y motos que van y vienen de la playa o del supermercado Athena. Quizá resulte un poco más incómodo.


Nos alojamos en un pequeño apartamento sin vistas, aunque cómodo y limpio, muy próximo al restaurante Costas, en el Boho Studios Liapades. Desde este alojamiento, podíamos ir caminando hasta la playa Rovinia. Muchas personas llegaban en coche a la playa, de hecho hay parking, pero nosotros elegimos ir andando dado que la distancia es de un poco más de 1 kilómetro. Este camino hacia la playa de Rovinia transita por un sendero rural con sombras, aunque empinado en algunos tramos. Se llega a la playa en un momento, aunque volver cuesta un poco más por aquello de las cuestas (y del calor). No obstante, la playa de Rovinia es tan bonita que finalmente no pesa ninguno de los inconvenientes ni al ir ni al regresar. La playa es espectacularmente hermosa, rodeada de tupida vegetación y el mar está limpísimo.


Además, de la playa de Rovinia, también guardamos un recuerdo excelente del horno Bakery Sugar and Flower. Tenían un pastel de vainilla hojaldrado que era de vicio. El horno se sitúa cerca del Grill Skampus.