Castell de Castells es una tranquila localidad alicantina situada en el interior de la bonita comarca de la Marina Alta.
Castell de Castells no es muy grande. Respira paz. Ruralidad. Está situada sobre una empinada colina, por esa razón las calles del pueblo se adecúan a la pendiente de la montaña. Está rodeada de altas montañas. Las más importantes de la zona son la Serrella, el Forat Negre, Alfaro y Aixortà.
El pueblo había llegado a tener el doble de la población que en la actualidad, pero poco a poco casi todos los pueblos pequeños se van quedando sin habitantes. La plaza del pueblo es pequeña y recogida. En esta plaza, se localiza la Iglesia parroquial. Recorrer el casco antiguo de Castell de Castells, es una buena idea. Parece pequeño, pero engaña. Es un gran laberinto de estrechas callejuelas con bonitas casas. Algunas de estilo modernista, otras más toscas y antiguas.
Solemos desplazarnos a Castell de Castells siempre que vamos a Denia, Parcent o a Xaló. Nos gusta comprar morcillas (llonganisses) de cebolla picantes o no, en la carnicería Miquel. Son unes de las mejores de la comarca. Esta carnicería es un poco peculiar. Dispone de todo un poco.
Si te gusta caminar, desde Castells de Castells, puedes hacer varias excursiones. Nosotros hicimos dos. Una al yacimiento de pinturas rupestres: el Pla de Petracos –Santuario de Pla de Petracos-.
Para poder hacer una buena caminata, aparcamos el coche lejos y así pudimos admirar el paisaje de esta zona de la provincia de Alicante. Su paisaje nos cautivó.
Las pinturas rupestres de Pla de Petracos se localizan en una de las paredes rocosas del Barranc de Malafí. No las puedes ver de cerca, porque por su seguridad y protección, están valladas, pero hay unos paneles explicativos sobre estas pinturas macroesquemáticas. Se pueden apreciar las figuras humanas y los motivos geométricos, todo en colores rojizos y colores tierra. La naturaleza que rodea este enclave es abrupta, espectacular y silenciosa. Sobrecoge. Ni siquiera las abejas se atrevían a emitir sonido alguno.
También, hicimos la ruta de “El Castellet”. Mientras subíamos la cuesta la tranquilidad era absoluta con su paisaje de pinos, olivos y almendros. Un lugar relajante, quizás porqué no nos encontramos a nadie por los alrededores. Hay muchas otras rutas señalizadas por la zona, como la que va a Els Arcs y la de Morro Blau.
Desde Castell de Castells se arriba a Tárbena y al embalse de Guadalest. También, vale la pena parar en Murla, Orba, Parcent y Xaló. Son localidades encantadoras con la típica arquitectura rural de esta zona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario