Desde Elia suites podiamos hacer diferentes excursiones. Todas muy aconsejables. Una de ellas fue la de ir hasta la isla de Trizonia. Se llega o bien desde Agios Nikolaos con pequeños barquitos que se alquilan o desde el puerto de Hania, que tienen establecido un horario completo y que está más cerca.
Nosotros fuimos a la isla vía Hania. Hay que coger un barco que sale de un pequeño puerto. Su horario es cada hora. Aunque, comprobamos que si hay muchos pasajeros esperando, el barco hace más salidas. Es un trayecto corto y barato. Muchas personas que viven en la isla lo hacen a diario para ir a trabajar o simplemente van con sus carritos de la compra para adquirir lo que les falta en su despensa. El pequeño barco trae y lleva pasajeros como si se tratase de un autobús urbano. Hay un verdadero trajín de gente que cruza de un lado al otro con mercancías diversas y con productos para los restaurantes de la isla.
La isla de Trizonia está más tupida en la zona paralela a la costa continental, por el contrario es más seca y abrupta en la parte contraria a la costa y a Hania. El pequeño puerto de Trizonia es recogido y animado. La mayor parte de los restaurantes y bares están orientados hacía este pequeño puerto, aunque existe un puerto mucho mayor en el que atracan barco de mayor tamaño. Se sitúa en una amplia bahía. Grandes catamaranes, barcos de recreo y grandes veleros atracan allí.
Cerca del pequeño puerto, está la iglesia y las casas se desparraman hacia el mar y la zona continental. Una imagen muy poética. Aunque, se están construyendo más casas en otros lugares de la isla.
En Trizonia, hay varias pequeñas playas de guijarros. El agua es transparente y está limpia. Hay praderas de posidonia y bancos con pequeños peces de colores.
Pasamos el día entero en Trizonia. Nos gustó tanto que estando allí pensamos en volver otro año. Pero, ¡Grecia es tan grande y nos queda tanto por conocer!
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