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21 enero, 2021

Meganisi, la isla grande

El ferry a Meganisi salía desde Nidri a primera hora de la mañana. Nuestro alojamiento era el Ionis studios, en Frini. Estaba muy cerca de la playa de Agios Ioannis, aunque en la otra punta de Lefkada. Así que, tocaba madrugar. 

Este año 2020, el horario de los ferries había variado un poco. En previsión, llegamos con tiempo suficiente. El barco salió puntual y con pocos pasajeros: 4 coches y unas cuantas motos. 


El trayecto hasta la Bahía de Spilia no era largo, en 20 minutos estabámos en Meganisi. Es un trayecto bonito. El ferry navega entre la Península de Geni y las islas de Madouri, Scorpios y Scorpidi, entre otros pequeños islotes con densa vegetación. 


Para entrar en cualquier espacio público cerrado ya fuera un comercio, el autobús o al ferry, las mascarillas por el tema del covid-19 eran obligatorias. A 36 grados centígrados, la mascarilla se hace irrespirable, pero es lo que toca. No hay que darle vueltas. Por precaución, solamente nos quitamos las mascarillas para hacernos fotos, pero comprobando que estábamos solos en ese momento. 


La entrada a la Bahía de Spilia no era muy grande. Desde la cubierta del ferry se podía ver parte de la ciudad de Spartochori, situada en la zona más alta de la cima. El puerto es diminuto, pero tan profundo que allí atracan grandes barcos, catamaranes y también los ferries. 


Los alrededores del puerto estaban sucios, con bolsas y botellas de plástico. Seguramente, llegaban volando desde el mar. Pero las playas están limpias (al menos las que vimos) y el agua estaba nítida. 


Nos decantamos por una playa solitaria, sin chiringuitos ni bares. Había mucha vegetación con lo cual teníamos mucha sombra y eso era lo que queríamos. Como regalo añadido a la sombra, teníamos la visión de la isla de Scorpios delante justo de nuestros ojos. 




Debido a la densa vegetación que cubre Meganisi, el color verde de los árboles quedaba reflejado en el mar, así que el color del agua en la superficie era de una tonalidad verde esmeralda. Nuestra playa era honda, en dos pasos cubría más de 4 metros. 


Volvimos con otro ferry, que al contrario del que cogimos nosotros, llegó al puerto con su máxima capacidad cubierta. Tardaron unos cuantos minutos en salir del ferry todos los vehículos y los pasajeros. Y eso que la organización de los ferries resulta altamente eficiente.


Fue una excursión perfecta. Sin embargo, volvimos exhaustos y requemados, de tanto sol y calor, y eso que estuvimos la mayor parte del tiempo bajo una densa sombra. 

2 comentarios:

Sergi Campos dijo...

Per com ho expliques, sembla un viatge molt agradable.

L'enhorabona i gràcies... m'has fet dentetes ;)

CarmeLa dijo...

Gràcies per la visita, Sergi. S'agraeix.
No sé quan tornarem a viatjar, mentrestant ho faig a través del bloc...

Salut!