O Castelo de Guimarães (o Castillo de Guimarães) se localiza tan solo a unos metros del Paço dos Duques, en la zona más elevada de una colina. Nos acercamos a verlo desde el Paço dos Duques. La entrada es gratuita.
El castillo es una mole de altos muros que aprovecha, para su edificación, muy bien el desnivel del terreno. Desde cualquier torre, las vistas desde la atalaya son perfectas para ver el valle circundante. Es un castillo de estructura primitiva. Fotogénico y con un cierto halo melancólico. Cuando atraviesas la gran puerta de entrada al interior del castillo te das cuenta de lo duro que debía ser allí la vida.
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La historia del edificio data del siglo X. La condesa Mumadona ( descendiente de gallegos) mandó construir en la zona de Vimaranes (la actual Guimarães) un sencillo monasterio.
En torno a este Monasterio se establece una comunidad cristiana. Los frecuentes ataques vikingos y moriscos crean la necesidad de edificar cerca del Monasterio una fortaleza que proteja el Monasterio, pero también a la comunidad cristiana que se va desarrollando poco a poco en sus alrededores.
Más adelante, ya en el siglo XII se amplia el castillo y se hace más fuerte y seguro.
Durante muchos años, los condes herederos del Conde D. Henrique se establecieron su residencia en el interior del castillo.
Poco a poco, con la transformación de la sociedad, el castillo pierde su función defensiva y cae, sin remedio, en un proceso imparable de abandono. Hasta que, siglos más tarde, ya en el siglo XX, es declarado Monumento Nacional y se realizan obras de restauración del perímetro de las murallas. El interior del castillo está sin restaurar.
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