El contraste entre las rocas, el cielo y el mar es brutal. Cualquiera de las playas de la zona de Itanos es muy especial. Allí las playas son salvajes y poseen una belleza primitiva que deslumbra, pero son playas duras si vas en las horas de más calor, porque no existe prácticamente ninguna sombra dónde protegerte del intenso sol del verano.
En Itanos, en una suave colina, se ubica un pequeño yacimiento arqueológico. Son los restos de una antigua ciudad de origen minóico. Cerca de esos restos, encontrarás otros de una antigua basílica, aunque actualmente sólo quedan de ella unos cuantos muros.
Unos pocos tamariscos dan sombra a los atrevidos turistas que visitan este enclave arqueológico a pleno sol, en verano. La buena noticia es que la playa es espectacular y el mar está impoluto, con lo cuál después de la visita arqueológica te puedes dar un agradable y refrescante baño marino para aliviar el calor.
Si te gustan las playas esenciales esta es tu playa: arena, sol, mar y nada más.
Si vas a la playa de Itanos o a la playa de Erimoupolis conviene que lleves una sombrilla o deberás buscar un poco de sombra (entre las rocas), agua, gafas de sol, un sombrero y mucha crema con alta protección solar.
A unos pocos metros de la playa han acondicionado un espacio que sirve como zona de parking. No está lejos de la playa, pero no tiene ni una sola sombra, con lo cual ya puedes imaginarte cómo estará de caliente el coche, cuando regreses de la playa.
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