En Tamarindo nos alojamos, en una zona cerca de la playa Langosta, en una villa del hotel Cala Luna.
La piscina de Cala Luna no era muy grande, pero era tranquila y se podía nadar sin problema. Para nadar era mejor hacerlo aquí (en la piscina del hotel), porque la playa tenía muchas rocas y grandes olas -ya que estábamos en la parte de Costa Rica que da al Océano Pacífico-. Además, nunca había nadie en la piscina...mejor!!!
De playa Langosta, en Tamarindo, hasta el Parque Nacional de Manuel Antonio, no hay muchos kilómetros, cogiendo la Panamericana se hace en un par de horas, pero buscamos carreteras que bordeasen la costa para obtener una imagen más completa del país.
Recorriendo estas carreteras advertimos la gran cantidad de carteles que estaban colocados en la entrada de los pueblos. Como, por ejemplo: "Sr. conductor en este pueblo no sobra ningún niño" o "Sr. conductor, la cortesía evita accidentes". Me parecieron muy elocuentes.
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