San Carlos del Valle es una pequeña población de la comarca del Campo de Montiel, en Ciudad Real. Cuenta con 1.1000 habitantes, aunque no lo parece porque la gran mayoría de las casas son de poca altura, de uno o dos pisos. La urbanización de la localidad es rectangular, con calles lineales y rectas. San Carlos surgió como un asentamiento en el siglo XVI alrededor de la ermita de Santa Elena. Sin embargo, ya en el siglo XVIII, la población creció y se amplió como villa a raíz de la construcción de la Iglesia del Santísimo Cristo del Valle. Fue un gran centro de peregrinación. Y por ello se vio la necesidad de crear un espacio monumental que aglutinará una gran iglesia, una plaza monumental y un mesón para los peregrinos. Se encargó de planificar este entorno al arquitecto Juan Alejandro Núñez de la Barrera.
Una no se te espera encontrar una iglesia y una plaza Mayor de tales características en una población tan sencilla y humilde. La plaza Mayor mide nada menos que 53 metros de largo por 23 de ancho y en uno de sus lados se erigió la iglesia. El edificio fue construido con ladrillo rojo y en algunas zonas concretas se utilizó la piedra. La forman 4 torres en cada ángulo, con una cúpula central que lo corona. La iglesia del Santísimo Cristo del Valle tiene dos portadas. En una de ellas se halla la figura de Santiago a caballo, enmarcado y a ambos lados dobles columnas salomónicas. Se puede observar claramente.
La plaza Mayor está porticada. En el primer piso, se suceden los balcones de madera, al estilo de muchas plazas castellanas. La plaza se comunica con la plaza del Rasillo de la Mancha. Una plaza más popular, mientras la plaza Mayor es monumental y por ello más turística.
Aprovechamos la vista a San Carlos del Valle para comer en la Hospedería Santa Elena que se sitúa en uno de los lados de la plaza Mayor. La comida no fue memorable pero el espacio interior de la hospedería es muy bonito, acogedor y agradable. Te sientes a gusto y relajado cuando entras en esta hospedería.
2 comentarios:
La Mancha, sin duda, una región por descubrir y relajarse del buen comer y de los buenos paisajes.
Hola, Paco, sí comimos muy bien en Almagro. ¡Muy bien y mucho!!!
Saludos
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