En nuestro periplo entre Úbeda y Córdoba, hicimos una parada en Bujalance, ya que había leído que Bujalance era el pueblo andaluz más andaluz de Andalucía. Eso me intrigó. Así que Bujalance fue una lógica parada para conocer una población a la que se le atribuía una consideración de este tipo.
Procedíamos de Úbeda, una ciudad con un centro histórico cuidado y monumental. Bujalance nos resultó una población sencilla con un castillo-alcazaba escondido entre la gran iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y entre casas solariegas que han crecido a lo largo de su muralla.
Bujalance se ubica entre suaves y aterciopelados montes de olivares y verdes campos de trigo, en la comarca del Alto Guadalquivir. La villa cuenta con unos 7.000 habitantes. Es una localidad extendida de casas blancas con los típicos enrejados que cubren ventanas, ventanales, balcones y hasta puertas.
A vista de pájaro, se puede observar sin dificultad la planta cuadrada del castillo. Desde las alturas se aprecia una ligera desviación, seguramente provocada por el deterioro del muro y su posterior reconstrucción.
Cuando llegas al lugar dónde por lógica se halla el castillo no encuentras más que casas que lo ocultan. En uno de esos edificios se ubica la oficina de Turismo de Bujalance y Centro de interpretación del castillo alcazaba.
Desde la oficina una guía te abre esta fortaleza y te narra sus avatares históricos o lo que se sabe de ella. Se mandó construir en época de Abderramán III, como fortaleza militar. De las 7 torres que tenía solamente quedan dos en pie.
Posteriormente, parte de la urbanización en los extramuros de la alcazaba se desarrolló la urbe, utilizando sus muros y sus piedras para construir sus viviendas.
Uno de los lugares más bonitos y concurridos de Bujalance es su plaza Mayor, también llamada plaza de los Naranjos. Una plaza rectangular, declarada conjunto Histórico Artístico. No es muy grande. Me pareció un lugar tranquilo, aunque con muchos bares y tabernas que se extendían a lo largo de la misma.
En su cabecera se sitúa el Ayuntamiento. Un edificio singular con un arco que lo atraviesa en uno de sus lados. El consistorio se apoya o descansa sobre una de las paredes de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Enfrente del edificio, se levanta un gran edificio de color granate. Es la hospedería la Querencia, en la que descansó Alfonso XIII a su paso por esta población.
2 comentarios:
Pues este andaluz no conoce al pueblo más andaluz de Andalucía. Habrá que visitarlo algún día.
Hola, Paco, a mi me extrañó tal consideración. No me pareció el más andaluz de Andalucía, pero no lo sé, quizá sí lo sea y yo no lo entienda o no lo sepa ver...
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