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22 enero 2025

Bujalance, en la Comarca del Alto Guadalquivir.


En nuestro periplo entre Úbeda y Córdoba, hicimos una parada en Bujalance, ya que había leído que Bujalance era el pueblo andaluz más andaluz de Andalucía. Eso me intrigó​. Así que Bujalance fue una lógica parada para conocer una población a la que se le atribuía una consideración de este tipo.


Procedíamos de Úbeda, una ciudad con un centro histórico cuidado y monumental. Bujalance nos resultó una población sencilla con un castillo-alcazaba escondido entre la gran iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y entre casas solariegas que han crecido a lo largo de su muralla.

Bujalance se ubica entre suaves y aterciopelados montes de olivares y verdes campos de trigo, en la comarca del Alto Guadalquivir. La villa cuenta con unos 7.000 habitantes. Es una localidad extendida de casas blancas con los típicos enrejados que cubren ventanas, ventanales, balcones y hasta puertas.



A vista de pájaro, se puede observar sin dificultad la planta cuadrada del castillo. Desde las alturas se aprecia una ligera desviación, seguramente provocada por el deterioro del muro y su posterior reconstrucción.
Cuando llegas al lugar dónde por lógica se halla el castillo no encuentras más que casas que lo ocultan. En uno de esos edificios se ubica la oficina de Turismo de Bujalance y Centro de interpretación del castillo alcazaba.


Desde la oficina una guía te abre esta fortaleza y te narra sus avatares históricos o lo que se sabe de ella. Se mandó construir en época de Abderramán III, como fortaleza militar. De las 7 torres que tenía solamente quedan dos en pie.
Posteriormente, parte de la urbanización en los extramuros de la alcazaba se desarrolló la urbe, utilizando sus muros y sus piedras para construir sus viviendas.


Uno de los lugares más bonitos y concurridos de Bujalance es su plaza Mayor, también llamada plaza de los Naranjos. Una plaza rectangular, declarada conjunto Histórico Artístico. No es muy grande. Me pareció un lugar tranquilo, aunque con muchos bares y tabernas que se extendían a lo largo de la misma.

En su cabecera se sitúa el Ayuntamiento. Un edificio singular con un arco que lo atraviesa en uno de sus lados. El consistorio se apoya o descansa sobre una de las paredes de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Enfrente del edificio, se levanta un gran edificio de color granate. Es la hospedería la Querencia, en la que descansó Alfonso XIII a su paso por esta población.


Antonio Palomino, pintor barroco que se formó en los talleres de Juan de Valdés Leal, nació en Bujalance. Si pasas por a la Oficina de Turismo verás una escultura en su honor.

08 enero 2025

Alarcón y su castillo

La llegada a Alarcón es de las que dejan huella. Su imponente castillo, actual parador nacional Marqués de Villena, ocupa el lugar más elevado de esta población, en el peñasco llamado Pico de los HidalgosSi quieres pernoctar en él, tienes que tener en cuenta que sólo dispone de 14 habitaciones. Las paredes de su muralla ocultan la villa de Alarcón, una población que es grande en construcciones civiles y religiosas, aunque no deja de ser una pequeña y pintoresca localidad con poco más de 150 habitantes, en invierno. La población se triplica, eso sí, en época estival.


Para entrar en esta villa de la provincia de Cuenca, hay que acceder a ella cruzando las puertas de la muralla que protegían a la población de posibles ataques. Además de esto, las profundas hoces y cañones del río Júcar que se formaron a lo largo de los siglos han hecho de este peculiar enclave un lugar inaccesible. En este singular lugar, se han descubierto vestigios de poblaciones anteriores, sobre todo de íberos y romanos.


Varias torres-vigía forman parte de la protección del entorno de Alarcón. El castillo original se construyó alrededor del siglo XII, por orden de Alfonso VIII. En época y por mandato del Infante Don Manuel, en el siglo XIV, se edificaron parte de las murallas y ciertas reformas del antiguo castillo. 

También, se acabaron las obras de remodelación de las puertas de entrada y las torres vigía. La más importante y mejor conservada la Torre de los Alarconcillos, que protegía a Alarcón de los asedios. 

Ya en el siglos XV, por orden del Marqués de Villena, se terminaron las obras de reforma y de mejora del castillo. Las tres puertas que quedan en pie son: la Torre de Cañavate, la Torre de Armas y la bien conservada Torre de los Alarconcillos.  



Esta población tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC). Resulta de mucha utilidad pasar por la oficina de Turismo, dado que allí te indican las mejores rutas para pasear y los senderos a seguir para acceder a los meandros que forman el río Júcar al pasar por Alarcón.


Me sorprendió Alarcón y me gustó mucho. Es muy bonita. Además, en sus calles se pueden leer carteles con textos moralizantes escritos por el Infante Don Manuel, autor de una importante obra medieval: El Conde de Lucanor