Pese a que no está lejos de Morella, la localización de Vallibona la mantiene protegida de los muchísimos visitantes que acuden durante todo el año a la monumental Morella.
Vallibona se halla en un lugar escondido en Els Ports de Morella, en el Barranco de la Gatellera y el Cañon del río Cervol. Su acceso no es el mejor, porque para llegar a este pueblo debes recorrer una carretera sinuosa y estrecha, tanto si llegas por la carretera comarcal CV-111 desde Morella, como si lo haces desde la población de Rosell. La localidad forma parte de la Tinença de Benifassà, provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana.
El paisaje que rodea este enclave es el típico de Els Ports. Su situación en la ladera de un cerro con el río Cérvol a sus pies le confieren un aire de fortaleza inaccesible. De todas las veces que la hemos visitado, la primavera es, sin dudarlo, la estación del año dónde mejor se aprecia la belleza de su privilegiado entorno natural.
Las mejores vistas del valle se obtienen desde el mirador de la placeta y desde la piscina municipal.
Apenas 60 habitantes viven en Vallibona durante todo el año. Sin embargo, sus edificios se mantienen en un buen estado de conservación gracias al esfuerzo de sus habitantes, supongo que también al esfuerzo de las administraciones y a los que, aunque no vivan allí, mantienen las viviendas de sus padres o de sus abuelos en pie y suelen ir allí a veranear. Los niños pueden corretear por sus calles, sin coches y eso para las familias es una ventaja evidente.
La Iglesia de la Asunción de la Virgen, de finales del siglo XIII, se sitúa entre sus callejuelas y en una de las zonas más elevadas de esta población, aunque no en la cumbre. No he podido visitar su interior porque nunca la hemos visto abierta. Hay varias ermitas por los alrededores de Vallibona, como la Ermita de Santa Agueda. Asimismo, en Vallibona, se ha habilitado un paseo natural paralelo al río Cérvol dónde existe un sendero perfectamente señalizado y un recorrido botánico con información de los árboles y vegetación de esa zona. Esta ruta es de dificultad baja. La vegetación más cercana al río es la típica de ribera. Sin embargo, conviven con el madroño, la ajedrea, el rusco, el boj y el espino albar. La mayoría de los árboles son: carrascas, robles y pinos. Aunque, también encuentras altos olmos.
Cuando hemos visitado la localidad, hemos comido muy bien en La Carbonera. Un hostal restaurante con un menú ajustado y muy apetecible. El espacio del restaurante es bonito, decorado con láminas de pintores y fotografías.
Como curiosidad añadida, a la salida del pueblo, dirección a Rosell, está la figura escultórica del Vallibonavenatrix. Unos arqueólogos encontraron restos de un dinosaurio carnívoro en esta zona y se decidió realizar una representación de cómo debía ser hace millones de años.
2 comentarios:
Vengo de Tokio, qué cambio más brusco con estos pueblos.
Qué mal repartidos estamos, de densidades monstruosas a espacios vaciados.
Nos extinguiremos jajajaja
Saluditos
Paco Piniella
Hola, Paco
Vienes de Tokio. ¡Eso sí que es un auténtico viaje a Oriente!.¡Qué suerte!
Supongo que el contraste de Tokio con cualquier ciudad española debe ser bestial. Japón también tiene zonas rurales y pueblos pequeños. Aunque, no creo que sean como los nuestros, tan pequeños y despoblados.
Saludazos
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