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Faial da Terra, entre montañas


Desde Povoação nos acercamos a contemplar el Miradouro Pico dos Bodes. Habían nubes y claros y al fondo una neblina cubría los picos más altos. Desde este mirador, las vistas al valle y a los acantilados tenían su recompensa: unas panorámicas de las más bonitas. Nos entró curiosidad por descubrir que había detrás de esas altas montañas y así de esta forma llegamos, sin buscarlo, ni saber nada de ese lugar, hasta Faial da Terra (fregresia que depende de la municipalidad de Povoação). 


Faial da Terra se localiza entre las poblaciones de Povoação y Água Retorta, en un estrecho valle rodeado de altas y tupidas montanas. Se trata de una pequeña localidad con casas que se alinean a ambos lados del río y de la carretera. No es grande, creo que viven unas 350 personas, pero es un lugar simpático con un frente marino encajado entre altos y frondosos acantilados. Cuando el sol se abría paso entre las nubes, los tonos verdes de la vegetación de la montaña brillaban como esmeraldas. Sencillamente espectacular.


El río Faial da Terra discurre por esta población hasta llegar al mar. Con fuertes lluvias el caudal del río debe crecer de forma repentina, por lo que todo el cauce se halla canalizado con altos muros para proteger esta población de las crecidas inesperadas.


El frente marino está cuidado. Un espigón protege la costa de las embestidas marinas. También dispone de un pequeño puerto. En una zona del mismo, han habilitado unas escalerillas para entrar y salir del mar. Así puedes bañarte y salir del agua sin dificultad. Toda esa aérea es bandera azul. En realidad, se trata de una de las tantas playas de roca con bandera azul de la isla. Esta limpia, vigilada, con duchas y lavabos y funciona en época estival. Cuando digo limpia es muy limpia. Sin ningún elemento extraño por el suelo. Sin bolsas, papeles, colillas o cigarrillos. 


Cuando llegamos a Faial da Terra. Era difícil aparcar, ya que la mayoría de calles estaban cortadas. Las habían decorado con mantos de flores de papel. Una imagen muy colorista y festiva. Aparte de decorar las calles, también coincidía un festival de bandas u orquestas. Asimismo, otras bandas venían de distintos lugares de la isla. Todas se reunían e iban en procesión hasta la bonita iglesia de Nossa Senhora da Graça. Un espectáculo ceremonioso, muy pintoresco y divertido. 




Nos dimos una vuelta por el pueblo y nos dimos cuenta que existen diversos senderos señalizados. Sin embargo, ya era tarde para iniciar cualquier ruta. Sobre todo, para llegar hasta el Salto do Prego o a la aldea de Sanguinho. Las dos rutas están marcadas, pero se necesita luz para hacerlas. 

Como no pudimos afrontar las rutas, tras recorrer el pueblo nos acercamos a ver el Parque de Merendas e Lazer. Está en primera línea de mar. Una piscina ocupa el centro de este lugar. Allí los niños y los no tan niños pueden bañarse sin peligro alguno. Y además disfrutando de las mejores vistas a las montañas.

2 comentarios:

Paco Piniella dijo...

Azores? territorio pendiente, ya queda menos para jubilarme jajajaja

CarmeLa dijo...

Hola, Paco

Siempre es bueno tener más tiempo personal o por lo menos lo es según vas cumpliendo años. Nuevas aficiones, nuevos proyectos. Tiempo libre.

Las Azores, sorprenden. Aunque, hay zonas mucho más turísticas que otras.