Camino a Évora, hicimos una parada de un día para conocer Elvas. Nos alojamos en el hotel Vila Gale de Elvas. Este hotel se localiza en la zona del centro histórico, dentro de la fortaleza amurallada, al lado de la Ermita de Elvas, del Pelourinho y de la Praça da República. Nos convenció su buena ubicación, también que tuviera parking y piscina climatizada. Era un buen punto para relajarse después de un largo viaje en coche.
Hacía calor, pese a ser invierno y un azul añil teñía el cielo de Elvas. Dejamos las maletas en el hotel y salimos a recorrer el centro histórico. La plaza da República está cerca, pero las calles son empinadas. Cuestas y cuestas. Arriba y abajo. Paseamos por el Pelourinho y por la rua da Carreira. Una calle muy animada con comercios de todo tipo. Regresamos a la omnipresente Praça da República para seguir hacia el castillo.
La Catedral de Elvas preside la Praça da República. Se construyó sobre una iglesia gótica. Su estilo actual es el manuelino con tres naves con bóveda nervada. Es bonita.
Pasada la Catedral, las calles se estrechan y forman un laberinto. Se nota que en algunos lugares no les da el sol y en las zonas más umbrías, la humedad es evidente.
Algunas casas del centro están rehabilitadas; otras necesitan una profunda rehabilitación. Con todo, una gran mayoría de edificios, lo único que necesitan es un poco de pintura, para quedar como nuevos.
A mediodía fuimos a comer al restaurante Acontece. Teníamos una reserva. Es un restaurante popular. Por lo que vimos van muchos españoles a comer allí. Al fin y al cabo, solamente 9 kilómetros separan Elvas de Badajoz. La comida estaba genial. La carne muy tierna y el bacalao delicioso. El servicio fue amable, cortés y eficiente, como suele ser en Portugal. Rui, el dueño era educado. Te atiende sin prisas, ni agobios. Muy profesional. Como para repetir varias veces.
Tras tomar un café en la plaza da Fonte da Misericòdia, volvimos a la zona del Pelourinho y del Castillo. Desde la muralla de la fortaleza, la imagen del campo alentejano nos invitaba a seguir. Paseamos sin rumbo por el interior de las murallas hasta llegar a la Ermita de Elvas. Allí, en una de las garitas de la muralla, se veía el gran acueducto de Amoreira. Es impresionante. Su estilo imita a los acueductos romanos y tiene 31 metros de altura. Es una de las construcciones más famosas de Elvas.
Tras esta larga caminata, nos detuvimos a admirar el paisaje de sus alrededores. El sol se ponía y mudaba de color la tierra, los olivos y las viñas. Nos esperaba un cómodo alojamiento para descansar después de tanto trajín. Nos gustó mucho el Vila Galé. Su ubicación, el edificio en sí mismo (antiguo Convento de São Paulo), la comodidad y el excelente desayuno. La habitación resultó ser de lo más confortable y grande. Silenciosa y el sueño fue absolutamente reparador.
2 comentarios:
Una maravillosa ciudad como todo Portugal, qué ganas de viajar.
Hola, Paco, sí hay ganas de viajar. Huir de la rutina. Sin embargo, ha estado bien para estar más en familia. No me quejo.
Yo ya tengo unos días reservados para viajar a final de mayo y otros a mitad de junio. Sobre todo, espero poder ir en verano a Grecia y a final de año a Portugal, como en los últimos años. Este 2020, me quedé sin ir a Extremadura y Portugal.
Por tu blog, sé que conoces esta zona. De hecho, os alojasteis en un lugar precioso cerca de Elvas.
Saludos
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