Un cielo azul brillante, sin ni una sola nube, nos recibió a nuestra llegada a Sigüenza. Aparcamos cerca del Parque de la Alameda y tras dejar las maletas en el hotel, nos dirigimos por la calle de san Roque y por la calle Medina a la Catedral de Sigüenza.
La Catedral de Sigüenza y el Castillo (actual Parador de Turismo) son los edificios más grandes y espectaculares de Sigüenza. Sobresalen por su tamaño y por su altura del resto de los edificios de la ciudad.
Sigüenza está edificada sobre una loma de la Sierra Norte de Guadalajara. Su altitud es de unos 1000 metros sobre el nivel del mar. Su urbanización se desarrolló siguiendo la estructura en pendiente, por esa razón desde el Castillo que corona la loma, cualquier calle es una cuesta que baja hasta la Catedral, a la Plazuela o a la Alameda.
En 1964, Sigüenza fue declarada Conjunto Histórico Artístico. Su casco viejo lo forman calles estrechas que reciben el nombre de travesañas. Allí en esa zona se situaba la Judería y la Morería. Muchos edificios de la calle Mayor o de la calle Estrella o de la de san Vicente o de la Travesaña Baja tienen elementos arquitectónicos medievales, como puertas con arcos en piedra de estilo gótico. Además, de restos de la antigua muralla, siguen en pie algunas de las antiguas puertas de entrada a la ciudad: la Puerta del Hierro, la Puerta del Portal Mayor, la de Toril o Cañadilla y la del Sol. La del Toril se halla en la Plaza Mayor. Para ver las otras hay que hacer un recorrido por la ciudad.
Entre las construcciones y edificios más emblemáticos de Sigüenza están la Catedral -en su interior se halla la capilla de San Juan y Santa Catalina que guarda en su interior la famosa escultura funeraria y yacente conocida como “El Doncel”-, la Plaza Mayor con el edificio del siglo XVI (actual ayuntamiento), el Pósito, la Plazuela -antiguo ayuntamiento al lado del edificio que hacía de cárcel-, el Palacio de los Infantes, las iglesias de Santiago y la de San Vicente. Aunque también hay que reconocer que muchos edificios de gran valor arquitectónico están en un estado lamentable de abandono y es posible que si no se rehabilitan se pierdan.
No sólo vale la pena ver la arquitectura de la ciudad, si vais en coche os podéis acercar hasta el pueblo de la Cabrera o al de Pelegrina y visitar el Parque Natural del Barranco del Río Dulce (en invierno y en la primavera está precioso) y también acercaros hasta Atienza, Jadraque, Torija, Hita o Brihuega, todas ellas poblaciones relativamente aledañas.
Tras patear Sigüenza de arriba abajo, nos fuimos a descansar a nuestro alojamiento. Nos alojábamos en el hotel El Doncel. Un cómodo alojamiento. Nos dieron una habitación muy tranquila. Silenciosa y práctica, en temporada baja. A la mañana siguiente, nos esperaba un reparador desayuno en el comedor de este alojamiento.
Tras patear Sigüenza de arriba abajo, nos fuimos a descansar a nuestro alojamiento. Nos alojábamos en el hotel El Doncel. Un cómodo alojamiento. Nos dieron una habitación muy tranquila. Silenciosa y práctica, en temporada baja. A la mañana siguiente, nos esperaba un reparador desayuno en el comedor de este alojamiento.
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