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26 enero, 2019

Colores y sabores: Portugal


Nos atrae poderosamente la vida tranquila y paciente que se vive en Portugal. Por esa razón intentamos, al menos una vez al año, ir allí. Este año no iba a ser una excepción, así que nos pusimos en camino una fría mañana. Teníamos por delante un montón de kilómetros que hacer y debíamos realizar, cómo mínimo, una parada intermedia.

Nos propusimos conocer otra parte de Portugal. Cambiábamos el norte, al que hemos ido al menos 8 veces, por la zona centro. Nuestra meta era la comarca o región de la Beira Baixa y el Alto Alentejo.


¿Por qué nuestra fijación por el país luso? Porque nos gusta su variedad de paisajes, sus aldeas y ciudades históricas. La calidad de sus productos, por ejemplo su queso o su vino. Su cocina tradicional y su vida rural tan arraigada a la tierra y a sus costumbres. Esto último, resulta altamente meritorio y más en la actual sociedad, donde lo que se busca con desesperación es la globalización de todo.


De nuestro viaje no sabría decir si me gustó más la Beira Baixa o el Alto Alentejo, dado que ambas regiones tienen unas características peculiares que las hacen muy atrayentes. Las dos regiones son espacios naturales auténticos que permiten un turismo diferente, menos invasivo, más ecológico.


En el Alentejo, el espacio es inmenso a la vista con suaves y ondulantes colinas, excepto en la Serra de Mamede, que es más montañosa. El azul intenso del cielo alentejano contrasta a la perfección con el verde campo invernal y con el brillante musgo que surge por cualquier lugar, hasta entre los adoquines de las callejuelas de las humildes aldeas. También, con el blanco intenso de las casas decoradas en sus bordes con  color ocre-amarillo o azul añil.

   

En la comarca de la Beira Baixa o interior, se dan cita un buen número de paisajes distintos. Aprecias rápidamente la gran variedad de la naturaleza más pura y su constante dinamismo. Tierra sencilla y humilde, pero poderosa a la misma vez. Un tesoro. 

La Beira Baixa forma parte del área geográfica del Naturtejo. Un gran territorio que abarca zona portuguesa y española. Reconocido como Geopark Naturtejo, forma parte de la Red de Geoparques europeos y mundiales. Sus prioridades son la protección y defensa del territorio. Una estrategia para un turismo más sostenible y para la conservación del entorno. 


En ambos enclaves, las encinas, los alcornoques, los castaños, los pinares, las higueras, las parras y los olivos alternan el paisaje con muchos otras plantas, tanto aromáticas como medicinales.

El Tajo, allí llamado Tejo, es una constante. Gran número de pequeños ríos o riachuelos forman también parte de ese entorno, como el Ocreza, Erges, Ponsul, Sever, Chocanal, Linhais, Caio, Sacapão, Almojanda y la Ribeira de Nisa.


Tanto en el Alentejo como en la Beira. El silencio solamente roto por el sonido de los pájaros te acompañará mientras caminas por esos campos y dehesas. La calma que se respira te permite observar y descubrir los detalles que afloran tímidamente por estas dos comarcas portuguesas. A veces, hay que esforzarse para oír algo entre tanto silencio.


Si paseas al atardecer la recompensa será mayor, porque todo se ralentiza y la naturaleza se relaja para darte lo mejor de ella. Los colores más vivos, el olor más intenso, el silencio más poderoso, justo antes de ponerse el sol. Es una experiencia muy gratificante. Pura poesía. Vivirla da sentido a cualquier viaje.

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