Lo poco que conocía de Zamora estaba relacionado con lo que había estudiado en la carrera sobre Arte Románico. Antes de iniciar nuestro viaje, tampoco habíamos buscado información complementaría sobre la ciudad. Desconocíamos las peculiaridades de la ciudad o los lugares más interesantes para visitar (aparte, claro está, de su famosa Catedral). Así que, llegamos a Zamora sin saber prácticamente nada de ella.
Sólo habíamos oído hablar de la calidad excepcional de las mantas zamoranas y, sobre todo, de su extraordinario queso de oveja, con denominación de origen. También, conocíamos el dicho de "no se ganó Zamora en una hora". Zamora finalmente ha sido una sorpresa viajera tan satisfactoria cómo para repetir otra vez.
Su localización es estratégica, cercana a la antigua Vía de la Plata Romana, al Camino de Santiago y a Portugal.
El río Duero discurre a los pies de la ciudad. Desde el Puente de Piedra del siglo XII, se obtiene una de las mejores imágenes de Zamora. Pueden observarse perfectamente sus murallas y la construcción de la ciudad siguiendo la forma inclinada de la colina.
Zamora es conocida sobre todo por sus iglesias románicas aunque dispone, además, de una gran cantidad de edificios singulares en estilo Modernista. Estos edificios fueron sufragados por los mecenas de la ciudad y construidos entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario