Palekastro es un recóndito tesoro. Guárdame el secreto. Se trata de una pequeña villa cretense, de unos 1100 habitantes, situada en el lado más oriental de la isla. Más al este no puede estar, porque allí se encuentra el mar. Desde la lejanía, Palekastro parece levitar sobre la próspera tierra y sus casas blancas contrastan con el azul intenso del mar.
Situada a 18 km de Sítea, su economía está basada en la agricultura, sobre todo en el cultivo del olivo, y aunque no vive del turismo resulta evidente que éste ayuda a la economía familiar.
La villa se localiza en un pequeño y fértil valle rodeado, eso sí, de ásperas y rocosas montañas. Cerca, tan sólo a poco más de un kilómetro, se hallan dos excelentes playas: Hiona y Kouremenos. Son playas grandes, de ambiente relajado y poco concurridas.
Hiona y Kouremenos se hallan separadas por el Monte Kastri. Una mole entre las dos playas que con la luz del atardecer se torna de color ocre-anaranjada. Un poco más alejadas están las playas de Vai, Itanos, Psili Ammos, Bodalaki, Plakos, Maridati y Kato Zakros.
La playa de Hiona
(también la he visto escrita cómo Chiona) es tranquila y familiar. Detenta la
bandera azul que se otorga a las playas que se distinguen por la calidad de sus
aguas. Las aguas de Hiona son poco profundas; en realidad, parece una gran
piscina de agua salada.
La playa de Hiona,
resulta ideal para pasar la tarde relajados. Unos grandes tamariscos, situados
en la parte posterior de la playa, dan una buena sombra. Idílica sombra para
hacer una siesta, mientras oyes el sonido de las olas y el canto de las
cigarras. Es una playa resguardada por altas montañas y protegida de las
corrientes marinas por unos islotes, los nissos Grandes, que se hallan a unos
kilómetros de la orilla.
La enorme paz que se respira en la playa de Hiona, la hace tremendamente atractiva.
En Hiona, en el
lado más cercano al monte Kastri, se ubican dos restaurante justo en primera
línea de mar y otro más, en una zona interior y un poco más alejado. En
cualquiera de ellos se puede comer razonablemente bien y puedes disfrutar de un
fresco y afrutado vino blanco de la zona mientras contemplas el mar.
Por el contrario, la playa de Kouremenos es una playa indómita y salvaje, en la que el viento del norte azota sin descanso. Este fuerte viento sopla sobre todo en verano y se le conoce como Meltemi. Este hecho la ha convertido en una playa famosa dentro del mundo del windsurf. Aficionados a esta práctica de todo el mundo acuden a Kouremenos buscando esas condiciones atmosféricas que les hacen volar o deslizarse sobre el mar. Las dimensiones enormes de la playa facilitan los deportes marinos.
Al atardecer en Palekastro las calles se animan, los bares y las terrazas se llenan de foráneos y lugareños que observan ese ir y venir de gente. Por las calles, las personas pasean sin rumbo aparente, arriba y abajo de la calle principal. Sin apenas darte cuenta y sin buscarlo, sentada allí en la terraza de una cafetería, descubres la esencia de la vida y el placer por las cosas sencillas que satisfacen el espíritu y piensas que no te importaría nada, es más, que te gustaría quedarte en ese lugar para siempre. Tranquilo, pero con opciones, gente amable, buen ambiente, playas espectaculares y excelente comida. Desde luego, un retiro de oro.
En la web de Palekastro encontraréis diferentes tipos de alojamientos, desde los apartamentos de playa o rurales hasta los hostales, camping y hoteles que se ubican en esta área.
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