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10 octubre, 2009

Las Galeras I


Nos alojamos en un hotel situado en la playa de Las Galeras, en la Península de Samaná.
Llegamos al hotel, el Grand Paradise Samaná, por la noche.
   
   


El calor era sofocante, pero pronto descubrí que te acostumbras con rapidez a ese calor y que al cabo de un rato, ni lo notas. Por otro lado, como el aire acondicionado está tan fuerte que al final hasta agradeces pasar un poco de calor.


Cuando desperté, a la mañana siguiente, y divisé la playa desde la terraza de mi habitación me entró una especie de emoción sensitiva, muy parecida al éxtasis. La playa y su entorno son espectaculares. Belleza en estado puro. Es un lugar muy tranquilo, posiblemente la razón de esa placidez del entorno se deba a que la carretera que conduce hasta el hotel acaba allí mismo.


El Grand Paradise Samaná es un hotel sencillo, aunque muy agradable y cómodo. Queda lejos, desde luego, de los denominados hoteles lujosos, pero se agradece que no lo sea. Puedes ir vestida informal o de playa y calzar unas simples chanclas. La comida es floja, la verdadera asignatura pendiente del hotel, pero la localización es inmejorable.

 
 

El hotel está organizado en bungalows diseminados por el cuidadísimo jardín. Mayormente, se distribuye en estructuras de dos plantas: la planta baja, con salida al jardín y la primera planta. Aconsejo alojarse en la primera planta y disfrutar de las vistas al mar. La visión del atardecer y del amanecer desde las terrazas no tiene desperdicio. Además, si la ubicación de la habitación se encuentra cerca de recepción, encontrarás que todo está muy cerca: los comedores, la piscina, el supermercado, la salida hacia el pueblo y la playa.   
         
 

Las Galeras es un lugar recomendable en sí mismo, pero también constituye el punto de salida clave para realizar excursiones. Desde el pueblo, de Las Galeras, puedes alquilar una barca, un caballo, un camión, un 4x4, una bicicleta o simplemente ir a pie a un montón de lugares de los alrededores, igualmente idílicos. Por citar sólo unos pocos, conviene no perderse estas playas: Rincón, Colorada, El Valle, Caletón, Playita, Madama o Frontón.



Estar en Las Galeras me provocó una sensación difícil de explicar, porque allí la naturaleza es acogedora y salvaje a la vez; indiferente a las prisas y a la civilización. En ese lugar con un bañador y unas chanclas cualquiera puede ser la persona más feliz del Mundo. Volvería a esa playa una y otra vez.

2 comentarios:

Unknown dijo...

WOOOOOOOOW! Que lugar más guapooooo! Ostia, Carmen. Cres que no sabía que tenías un blog? Acabo de ver el link en el blog de Mari. Voy un poquito despistada por la vida. Ahora ya estás en mis favoritos. Saludos, Adri.

Anónimo dijo...

Adriana,
Ricardo me comentó hace dos años que podría montar mi propio blog y así lo hice. La verdad es que no es un blog al uso. Lo tengo para unificar mis viajes y mis recuerdos.
Gracias por visitarlo y muchos besos
Carmen