La pequeña población de Castell de Cabres se encuentra en la provincia de Castellón, en el Parque Natural de la Tinença de Benifassà. Este parque natural es de relieve abrupto donde convergen varios sistemas montañosos, con altos picos. Dichos sistemas montañosos forman forman parte de las provincias de Castellón, Teruel y Tarragona. Se trata de una zona con bosques de carrascas, pinos, robles, acebos y en la que encuentras además cipreses. Sin embargo, también es una área que ha sufrido muchos incendios y que se ha repoblado con árboles no autóctonos.
En invierno en Castell de Cabras seguramente viven más gatos y cabras que personas. En cambio, en verano, los amantes de la naturaleza y del descanso van a pasar sus vacaciones estivales allí atraídos por el hecho de que es una villa con pocas casas y bastante aislada. La mayoría de los edificios se han construido con sillares de piedra. Las casas son humildes y sencillas, con calles estrechas y tranquilas donde los niños, que pasan allá su vacaciones estivales, pueden jugar en la calle sin ningún tipo de peligro. Los únicos sonidos que oyes son los de los niños corriendo o jugando a la pelota por sus laberínticas calles.
Los edificios más destacados de Castell de Cabres son la iglesia de San Lorenzo, el Pou, la Fuente de la Vila y a unos 5 kilómetros de la villa, la ermita semidestruida de San Cristóbal.
Desde Castell de Cabres puedes hacer muchas excursiones. Por ejemplo, llegar hasta la localidad de Coratxa o Herbeset (unas bonitas y pequeñísimas poblaciones), a la ermita de San Cristóbal dado que la ruta PR-V75 que conduce hasta Coratxa transita por esa ermita o recorrer cualquiera de las muchas sendas señalizadas que existen en la Tinença de Benifassà.