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22 septiembre, 2024

Castell de Cabres, roca y piedra


La pequeña población de Castell de Cabres se encuentra en la provincia de Castellón, en el Parque Natural de la Tinença de Benifassà. Este parque natural es de relieve abrupto donde convergen varios sistemas montañosos, con altos picos. Dichos sistemas montañosos forman forman parte de las provincias de Castellón, Teruel y Tarragona. Se trata de una zona con bosques de carrascas, pinos, robles, acebos y en la que encuentras además cipreses. Sin embargo, también es una área que ha sufrido muchos incendios y que se ha repoblado con árboles no autóctonos.


En invierno en Castell de Cabras seguramente viven más gatos y cabras que personas. En cambio, en verano, los amantes de la naturaleza y del descanso van a pasar sus vacaciones estivales allí atraídos por el hecho de que es una villa con pocas casas y bastante aislada. La mayoría de los edificios se han construido con sillares de piedra. Las casas son humildes y sencillas, con calles estrechas y tranquilas donde los niños, que pasan allá su vacaciones estivales, pueden jugar en la calle sin ningún tipo de peligro. Los únicos sonidos que oyes son los de los niños corriendo o jugando a la pelota por sus laberínticas calles.


Los edificios más destacados de Castell de Cabres son la iglesia de San Lorenzo, el Pou, la Fuente de la Vila y a unos 5 kilómetros de la villa, la ermita semidestruida de San Cristóbal.
 

Desde Castell de Cabres puedes hacer muchas excursiones. Por ejemplo, llegar hasta la localidad de Coratxa o Herbeset (unas bonitas y pequeñísimas poblaciones), a la ermita de San Cristóbal da​do que la ruta PR-V75 que conduce hasta Coratxa transita por esa ermita o recorrer cualquiera de las muchas sendas señalizadas que existen en la Tinença de Benifassà.
 

07 septiembre, 2024

Gardenos, esencia natural

En el área suroccidental de la isla de Corfú, el río Gardenos discurre por el valle cerca de la localidad de Vitalades, desembocando en el mar Jónico. Durante su recorrido, el río nutre el fértil valle cultivado allí por donde transita y da nombre y divide la playa en dos zonas. Una donde se sitúa la extensión más grande de hamacas y parasoles y una segunda conocida como Secret Paradise, si bien es la continuación de la playa de Gardenos. La gente suele buscar la comodidad de la hamaca y el cobijo del parasol y si tienen cerca el parking, mejor que mejor. Por esa razón, hay mayor número de parasoles cerca del gran parking.


Se trata de una playa de arena tostada, de aguas limpias, con altos acantilados que se localizan en ambos lados de ella. Extensa, con cierto aire indómito y con flora típica dunar, el agua posee una transparencia que asombra. No recuerdo una playa donde el agua tenga esa nitidez siendo de arena tostada. Supongo que ayudó que el cielo estuviera despejado y que fuera el mes de junio que empieza la temporada de playa.


La zona de la playa que preferimos es la más rústica y bravía, cuenta con menos zona edificada. En Gardenos, las edificaciones se hallan a lo largo del valle y no en primera línea de playa, como sí ocurre en otras playas de Corfú. Visualmente, mantiene intacta la línea de costa. Asimismo, en esta área de la playa, existen espacios protegidos para el desove de las tortugas. Además, es la más cercana a la taberna Baratos, excelente opción por la calidad de su comida y por la pericia de los cocineros. El típico plato de Gemistá, lo bordan. Está buenísimo. Al ser este sector de playa más agreste, suele tener una ocupación menor, y el hecho de que la localización del parking se encuentre en el otro lado de la playa, pasado el riachuelo, también ayuda.


Nos gusta la playa de Gardenos. Resulta sencillo pasar el día en ella. Uno puede nadar, descansar, leer un libro y a la hora de comer acudir a la Baratos taverna a degustar la típica comida griega o lo que te venga de gusto.


Después de la comida, puedes regresar a la playa y tumbarte bajo uno de sus tupidos parasoles y disfrutar de una pequeña siesta o entrar en el mar y nadar o flotar. Hasta puedes quedarte a ver como el sol desaparece dejando destellos dorados y anaranjados sobre la superficie del mar.

Es una playa poco conocida. Un lugar donde aún no ha llegado la avaricia inmobiliaria y la degradación del entorno. Sigue siendo un lugar tranquilo, sin estridencias, con zonas de densa vegetación y con acotamiento para el desove de las tortugas. Algo importantísimo.