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10 febrero, 2022

Alcácer do Sal, a orillas del río Sado

Según te acercas a Alcácer do Sal te envuelve una aroma a salitre y a mar. No obstante, no está en primera línea marítima. No es propiamente una ciudad costera, aunque se muestra como tal. El río Sado discurre por la localidad y se puede apreciar que las mareas contribuyen a aumentar o disminuir el olor a mar. Este no está muy lejos, a unos pocos kilómetros. El río parece vacío con la marea baja pero con la marea alta el océano Atlántico entra con fuerza y los márgenes del río se cubren de nuevo de agua, en este caso agua salada. De ahí su intenso olor a salitre.

 

Coronando esta curiosa ciudad se halla el Castillo y la Iglesia de Santa Maria do Castelo o Igreja Matriz. Actualmente, es un alojamiento regentado por la cadena hotelera Pestana: la Pousada D. Afonso II es su nombre. En los bajos de la imponente edificación, se sitúa el Museo Cripta Arqueológica. Puedes llegar allí bien con coche o bien a pie, preguntando a cualquier lugareño que gustosamente te indicará un atajo que pasa por medio de un pequeño y empinado barrio, pero por el que se llega en un momento al Castillo.

   

Antes de subir al Castillo visitamos el Museo Municipal de Pedro Nunes. Un museo peculiar, porque se localiza dentro de una antigua iglesia de más de 500 años de antigüedad, la Igreja do Espírito Santo. De la que mantiene, el altar mayor y dos pequeños altares o capillas incluidas dentro de la misma nave. Todas decoradas con estuco de colores. No sabría decir cuál de ellas es la más bonita. La iglesia, actual museo, presenta planta rectangular, de nave única y así se ha conservado. El espacio no es muy grande, pero sí está muy bien reutilizado.

 
         

En esta colección puedes contemplar piezas cotidianas de los pobladores de la zona (vasijas, ánforas, collares, etc.) y también piezas relacionadas con la guerra, pequeños cuchillos, espadas etc. Es un pequeño museo, aunque muy didáctico y bonito.


Se puede observar, sin ningún género de duda, la importancia que tuvo esta localidad a lo largo de la Historia. El río Sado fue durante siglos una importante vía para el tráfico comercial, sobre todo para la producción y negocio de cereales, sal, pescado y cerámica. En el museo, hay piezas que van desde la Edad de Hierro, pasando por el período de dominación romana e islámica, hasta épocas más recientes. 

 
  

La parte antigua de la población pide a gritos una gran reforma integral. Los edificios son los originales y típicos de la zona, pero la humedad ha deteriorado una gran cantidad de construcciones que necesitan una rehabilitación. Esto supondría una excelente mejora para los habitantes de ese espacio físico que suelen ser personas mayores, con pocos recursos. Es importante restaurar y habilitar los centros históricos para dignificar la vida de los que habitan en ellos. Y no, esperar que se derrumben para después especular.

 
 

Visitar Alcácer do Sal es una muy buena idea. Es agradable. Es divertida y encima dispone de buenos restaurantes y de buenos alojamientos, ya sea hoteles o apartamentos. Primavera, debe ser una época perfecta para conocerla y así disfrutar de sus verdes campos de arroz. Asimismo, está perfectamente situada, cerca de la playa de Comporta, de la península de Troia, la Albufeira de Vale do Gaio, la Albufeira do Pego do Altar y de Carrasqueira con sus palafitos. 

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