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02 marzo, 2020

En la cima de Évora

Durante nuestra estancia en Évora fuimos a ver la Catedral y el templo de Diana varias veces. Es una zona que te atrae, sin saber muy bien la razón. La hipnótica imagen del templo quizá sea una de las razones. Además, no está muy lejos de nuestra cafetería preferida en Évora: Pastelaria Conventual Pão de Rala. Sus pasteles y dulces te transportan al paraíso. 


En la cima de Évora, en un lugar estratégico, se construyó la Catedral de N.S. da Assunção. La catedral, se la conoce como A Sé, es un edificio grande. Construido entre el siglo XIII y el XIV.  Es una obra de transición entre el románico y el gótico. Quizá lo que más nos impresionó de este edificio fue el poder ver lo que casi nunca puede verse de una iglesia: su tejado y su terraza. De hecho, entramos a la Catedral sobre todo porque queríamos ver Évora desde la Torre de la Catedral. Nuestra entrada de 3,50 euros nos servía para ver el claustro, la torre y el interior de la misma. Pasamos allí un buen rato. Hay mucho para ver. Sobre todo, interesantes detalles arquitectónicos que muchas veces pasan desapercibidos

 
 
 

Junto a esta catedral se localiza el Templo romano de Diana (se cree que este templo estaba dedicado al culto imperial y no a la diosa romana). Los capiteles de estilo corintio son de mármol de las canteras de Estremoz. Se reconstruyó en el siglo XIX. Antes estaba semi oculto por un torreón medieval. Al eliminar el torreón, quedó el edificio romano a la vista. El templo ocupa la antigua zona del foro romano. Se cree que fue construido entre el siglo I y II d.C. Es prácticamente un emblema para Évora. De hecho, es una forma de reivindicar la importancia de la ciudad desde la Antigüedad. Cerca de la Câmara Municipal de Évora existen también unas termas romanas. Por lo tanto, la impronta romana es evidente en Évora.

 
 

Este enclave del templo de Diana, con la rua 5 de Outubro, la praça do Sertório y la praça de Giraldo son los lugares en los que encontramos más turistas de toda Évora. Se concentran allí, principalmente, en el Miradouro do Jardim de Diana, por ser un lugar especial, por estar cerca de la zona más antigua de la ciudad y también por las vistas. Allí encuentras gente de todas las nacionalidades: japoneses, ingleses, franceses, chinos y sobre todo españoles. ¡Ah! y jubilados de todo el mundo.

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