Buscar este blog

01 enero, 2024

Un día en Requena


Requena se halla entre sierras, rodeada de extensos pinares, a poco más de 60 kilómetros de Valencia, por la autovía A-3 que comunica Valencia con Madrid. Requena es una población curiosa. Dispone de una fortaleza, una torre del Homenaje, una medina, restos de murallas, varios museos, bodegas de las mejorcitas de la zona y, sobre todo, unas cuevas debajo de la plaza de Albornoz que son de visita obligada por lo inusual y por su complejidad.




El centro histórico de Requena se localiza en el barrio conocido cómo la Villa. Es también la zona llamada la morería o judería, dónde se hallan los museos del vino, el de la seda, el museo de la vendimia y el arqueológico. También es la zona intramuros y, pese al deterioro de algunas casas, este centro o zona es espectacular. Lo más recomendable es acceder al barrio de la Villa por la cuesta del Castillo. La imponente fortaleza sirve de puerta de entrada a un espacio singular con intrincadas callejuelas, con casas encaladas y pequeñas o grandes plazoletas - la de la Villa, la de Albornoz o la del Castillo -, que dan paso a grandes iglesias, en concreto a tres: la del Salvador, la iglesia de San Nicolás (espacio reconvertido en el actual museo arqueológico) y la de Santa María.



Tanto la iglesia del Salvador, como la de Santa María se localizan muy cerca de la plaza central conocida como plaza de Albornoz. Allí, en esta plaza, se sitúa la entrada a las cuevas subterráneas. Uno de los principales reclamos de la ciudad. Las cuevas se hallan bajo la plaza de Albornoz. Visitarlas es una experiencia interesante y muy instructiva. Realizamos el recorrido por el subterráneo, solos. Ayudados por una audioguía que te prestan cuando abonas los 4 euros de la entrada. Se trata de un lugar mágico. Sorprendente. Un gran espacio construido por el hombre, a base de vaciarlo. Allí puedes imaginar el laborioso y pesado trabajo de picar la piedra hasta conseguir formar unas amplias cuevas donde guardar los cereales, el vino o el aceite. Grandes tinajas de 2 metros de altura revisten algunas paredes de las cuevas a semejanza de colosales estatuas o columnas. Unos espacios fueron silos y otros, justo debajo de la iglesia de San Salvador, sirvieron para guardar huesos, un osario. En la actualidad, no queda ninguno. Todos fueron trasladados y obtuvieron otro lugar de reposo.




Es también muy agradable pasear por la avenida del Arrabal, una rambla con altos árboles a ambos lados y en la que se suceden todo tipos de comercios. Aprovechamos que estábamos por la zona para comprar dulces y pastas y también embutidos. El embutido de Requena goza de renombre. Las pastas las compramos en panadería la Tomaseta. Sus rosquillas de anís son buenísimas.



Nos alojamos en "Los Canilleros". Un edificio bonito, cuidado y tranquilo en la zona próxima a la fortaleza y a la iglesia de San Salvador. El gerente, muy simpático y el desayuno de lujo. Para comer, nos decidimos por un restaurante situado en la misma plaza del Albornoz, el Yantar Mesón de la Villa. El plato llamado ajoarriero estaba muy rico. Previamente, habíamos tomado un vino con una tapa en un lugar inolvidable: la bodega Murviedro. Recomiendo la visita y también sus vinos. Nos quedó mucho por ver, tanto de Requena como de sus alrededores. Un día entero en Requena se nos hizo corto.

No obstante, fuera del centro histórico, el urbanismo de Requena es desconcertante. Altos edificios al lado de casitas de una o dos plantas. No parece que exista una planificación urbana establecida, cada uno ha edificado cómo ha querido. Igual que sucede en otros muchos pueblos o ciudades de España.

4 comentarios:

Paco Piniella dijo...

Descubres lugares en España desconocidos para mí. Ahora que estoy próximo a la jubilación me dedicará más a visitar mi país. Espero que el nuevo año te traiga muchos viajes !!

CarmeLa dijo...

Hola, Paco! para mi también ha supuesto un descubrimiento ciertos lugares de España que ni siquiera sabía nada de ellos. Este último viaje de 11 días me llevó a lugares que nunca me imaginé que conocería. Sobre todo conocer la provincia de Jaén me ha llenado de felicidad.

¡Te deseo buenos y felices viajes por donde te lleve la curiosidad!

Paco Piniella dijo...

Pues próximamente quiero ir a Baños de la Encina, espero el próximo finde.

CarmeLa dijo...

¡qué suerte tienes Paco que puedes ir en un fin de semana! A mi , me queda tan lejos...