Nuestro alojamiento se localizaba en Valanidorachi, a unos 15 kilómetros de Glyki y del río Acheron y a unos 5 kilómetros de la desembocadura de este río, en la playa de Ammoudia. Una playa grande, de arena tostada.
En el estuario del Acheron, navegan las barcas río arriba, aunque sólo unos metros. En el paseo de Ammoudia, en una pasarela cemento y piedra que sirve de pequeño puerto, atracan las embarcaciones que hacen diferentes excursiones por las alrededores. Allí se preparan tanto las barcas que llegan hasta las islas de Paxos y Antipaxos como las embarcaciones de recreo y las de pescadores.
Desde este minúsculo puerto, puedes ir además en canoa o en kajak hasta el recinto arqueológico de Necromanteion que está a unos 3 kilómetros de la desembocadura de este río.
Desde cualquiera de los cafés, tabernas y restaurantes paralelos a la desembocadura del río Acheron la visión de las barcas, río arriba y río abajo, es de lo más entretenida. Casi hipnótica.
A unos 20 kilómetros de Ammoudia, al pie de las montañas, se localiza un espacio de ocio, conocido como Acheron Spring. Se halla entre las poblaciones de Kanalaki y Glyki. Aunque, es en Glyki donde se ha organizado un espacio de picnic, con restaurantes, tabernas. También, allí, han proliferado empresas dedicadas a los deportes de aventura (alquiler de caballos, escalada, rafting, canoas etc.).
Desde mucho antes de llegar (más de 20 kilómetros) ya está anunciado el Acheron Spring, en la misma carretera nacional que une Igoumenitsa con Preveza.
Este destino es famoso. No me extraña en absoluto, porque cuando llegas a las fuentes del río Acheron (a la zona conocida como Acheron Spring) y hace un sol abrasador, entrar en el curso del río es entrar en un espacio relajante, verde, fresco y protegido del fuerte sol. Un alivio en pleno verano. Fuimos varias veces, porque sin duda es un lugar mágico. Un ecosistema protegido por su biodiversidad por la Comunidad Europea mediante la red Natura 2000.
No es un río largo. Nace en las montañas de Souli a tan sólo 53 kilómetros de su desembocadura. Eso sí es un torrente antiguo y mítico. En la Divina Comedia de Dante, aparece como el río que conduce a las almas al Hades (infierno).
Las aguas del río Acheron son frías y en los márgenes del río, los altos árboles proporcionan una excelente sombra. Se contemplan helechos por todas partes y también altas ramas de la planta Cola de Caballo (Equisetum arvense).
Agua y agua por todos los lados. Con fuentes brotando por cualquier rincón. Su caudal enriquece una gran zona con sus limpias aguas. No sólo beneficia a la agricultura, sino que además en sus alrededores se han desarrollado un sinfín de negocios relacionado con el comercio y el turismo que genera. Hasta se asienta un pequeño mercado al aire libre con productos típicos de esta región: hierbas aromáticas, medicinales y miel.
El espacio Acheron Spring está organizado para pasar allí toda la jornada. Puedes desayunar, comer y hasta dormir en algunos de los hoteles que hay en plena naturaleza.
Hay un montón de actividades posibles a elegir, todas ellas relacionadas con algún deporte.
Pudimos disfrutar de este maravilloso entorno natural durante todo el tiempo que estuvimos por esa zona. Cuando entrábamos en uno de los márgenes del río la sensación era de bálsamo inmediato para nuestra piel. Después de una mañana de playa, estábamos agotados de tanto sol. El agua es la vida. Allí lo comprobamos.
Después de pasar la jornada en el Acheron Spring, lo divertido era ir a comer a unos de los restaurantes que están situados en la orilla del río. Uno puede comer y tener, al mismo tiempo, los pies en el agua fría del torrente. Y eso fue lo que hicimos.
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