Buscar este blog

30 abril 2025

Alcázar de los Reyes Cristianos, en Córdoba


El Alcázar de los reyes cristianos no está lejos de la Mezquita-Catedral. Ambos se pueden visitar el mismo día, pero preferí hacerlo en días distintos para tener más tiempo en cada uno de ellos y no ir con prisas. Para el primer turno de la mañana, tenía la entrada programada al Alcázar de los Reyes Cristianos y, sin programar la hora, en los Baños Califales. Desconocía el tiempo que iba a estar en cada uno de ellos. La entrada es barata, o así me lo pareció, y con ella tienes acceso a los dos edificios: al Alcázar y a los Baños Califales. El día de nuestra visita, algunas zonas del Alcázar estaban cerradas por obras de restauración. La mañana estaba nublada y hacía un día tristón. Eso se aprecia en las fotos.


El Alcázar de los reyes cristianos forma parte de la Córdoba que creció y se desarrolló en los márgenes del río Guadalquivir. Fue fortaleza romana, visigoda, palacio árabe y, más tarde, ya en el siglo XIII, reconstruyeron y edificaron nuevas dependencias bajo el reinado de los reyes cristianos Alfonso X y Alfonso XI. Fue sede de la Inquisición, años más tarde cárcel y dependencias militares hasta que pasó a manos del ayuntamiento de Córdoba.


La fortaleza-palacio es de planta casi cuadrada con una gran muralla en sillares de piedra que acaban con torres en sus esquinas. Tiene cuatro torres: la de los Leones, la del Homenaje, la de la Inquisición (también llamada de los Jardines) y la de la Paloma.


Una de las partes más interesantes de este edificio es la antigua capilla barroca, ahora conocida como el Salón de los Mosaicos, de planta rectangular y reconvertida en espacio para exponer los mosaicos romanos encontrados en unas excavaciones en los años 50, en la plaza Corredera. Son mosaicos muy bien conservados. Los hay con figuras geométricas, pero quizá los más interesantes sean el de la Medusa y el de Polifemo y Galatea del siglo II d.C. También destaca otro mosaico del siglo III dC de Eros y Psique representando un abrazo entre los dos.



Con todo, la parte más fascinante del recorrido por el Alcázar es la de sus patios ajardinados. Construidos sobre la antigua huerta del Alcázar, los jardines se extienden en 55.000 metros cuadrados y se dividen en varias zonas: el jardín alto, el medio, el paseo de los Reyes y el jardín bajo. Pese a que hacía un día con poca luz, los jardines se veían impresionantes. El agua fluye por albercas y canales creando una imagen y un sonido relajante. En uno de los lados del jardín alto, se halla el edificio de las caballerizas reales. Asimismo, puedes ver expuestos en los jardines restos de capiteles romanos encontrados en diversas excavaciones arqueológicas, así como esculturas de mediados del siglo XX realizadas por el escultor Pablo Yusti. Representan a los reyes vinculados con el Alcázar: Alfonso XI, Enrique II, Enrique III y Enrique IV y el grupo escultórico de los Reyes Católicos con Colón. Hace referencia a los años que vivieron aquí los Reyes Católicos, ya que durante unos años -de 1482 a 1488- residían en Córdoba desde la primavera hasta el otoño. Este grupo escultórico escenifica la reunión que los Reyes Católicos tuvieron con Colón dónde éste buscaba la financiación de los reyes para su viaje por el Atlántico en el que pretendía llegar hasta Las Indias aunque, en su lugar, llegó a América.


Después de pasear por estos jardines, fuimos al exterior de la fortaleza, a la plaza Campo de los Santos Mártires donde se localiza la entrada a los baños Califales del antiguo alcázar Omeya. Los baños lo forman pequeñas estancias con muros de sillería y con bóvedas que descansan sobre capiteles y columnas de mármol de diferentes colores. Su recorrido es muy didáctico. Entre las estancias, si sigues el recorrido lógico, encuentras: el vestuario, la sauna, el horno y las salas de agua fría, templada y caliente. Especialmente interesante es el vídeo de explicación de los baños. Nosotros lo visionamos antes de entrar y eso nos facilitó la comprensión del uso del espacio como hammam.

15 abril 2025

Palacio del marqués de la Santa Cruz, en Viso del Marqués


Viso del Marqués es una localidad de la provincia de Ciudad Real, cercana a Sierra Morena. No es muy grande. Tiene unos 2.000 habitantes. Por esa razón asombra más todavía que exista un construcción como el palacio del marqués de la Santa Cruz, en un lugar tan a trasmano. Sin embargo, su situación no es desfavorable, al contrario, la autovía del Sur pasa a pocos kilómetros. El pueblo se halla, además, relativamente cerca de Jaén capital, a 100 kilómetros, y a unos 70 kilómetros de Ciudad Real.


Fuimos expresamente al Viso del Marqués para conocer el palacio del marqués de la Santa Cruz. Tanto en Villanueva de los Infantes como en Almagro me aconsejaron que no me lo perdiera. No nos desviábamos mucho de la ruta que teníamos prevista, ya que nuestra siguiente parada era Úbeda. Población que me gusta mucho y la cual quería volver a visitar.


El palacio del marqués de la Santa Cruz es un gran edificio renacentista construido a mitad del siglo XVI. Su exterior austero no da pistas de su ornamentado y colorista interior. A su lado, se halla la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, erigida en el siglo XV. Es famosa porque en una de sus paredes está colgado un cocodrilo del Nilo disecado de unos 6 metros de largo. Lo trajo don Álvaro de Bazán, primer marqués de la Santa Cruz, de uno de sus viajes a Egipto. Este marqués, que ostentaba varios títulos nobiliarios, sirvió a dos reyes: a Carlos V y al hijo de éste, Felipe II. De hecho, luchó para la corona en la batalla de Lepanto. Así se entiende mejor la ubicación del Palacio. Su localización se debe al deseo expreso de Álvaro de Bazán de fijar su residencia no lejos de la corte de Madrid, pero en el mismo camino y distancia que la de sus bases marinas: Cádiz, Cartagena y Lisboa.


Para visitar el palacio se abona una pequeña entrada de 3 euros por persona. Lo encontré baratísimo dado que la entrada incluye las explicaciones de una guía. Es una visita de casi dos horas, de lo más divertida y didáctica que hemos hechos. Uno entiende mejor todo el proceso artístico de este edificio y la guía nos ofrecía entretenidas anécdotas y avatares del linaje de los Bazán y también del edificio.


El palacio del marqués de la Santa Cruz cuenta con una planta cuadrada y consta de varios pisos. Uno de ellos, semisubterráneo. Un total de 8.000 metros cuadrados de edificio. Las paredes, excepto las que se encalaron, tienen unos murales pintados al fresco en estilo manierista ideados y realizados bajo las órdenes de pintores genoveses traídos de Italia, los Perolli y César de Bellis. Los temas de los murales son muy diversos: históricos, religiosos, mitológicos y geográficos. Pero, sobre todo, son murales de enardecimiento a su dueño y su linaje. Asimismo, de alabanza y celebración de sus numerosos logros navales y militares. Algunos de ellos pintados representando el fragor de las batallas. Igualmente, en la segunda planta, se contempla una buena representación de paisajes idealizados y otros con temática mitológica enlazando, también, a su linaje.


Este palacio fue arrendado después de la Guerra Civil, a finales de los años 40, a la Marina española. Actualmente, alberga y contiene un gran archivo general de la Marina española.