Ribeira de Pena está situada en el Alto Tâmega, región norte de Portugal. Nos dirigimos allí desde Cabeceiras de Basto por una carretera comarcal -la R311- que llega hasta Boticas y por la que debíamos ir atentos, ya que en cualquier curva te podía aparecer una vaca o una oveja. Existe un desvío anunciado antes de llegar a Boticas y conviene ir alerta para no pasártelo.
Ya había anochecido cuando llegamos a Ribeira de Pena y a nuestro alojamiento, el Pena Park hotel, porque por la carretera que cogimos, después del desvío, no se podía correr y además era tremendamente zigzagueante. Agotadora.
La acogida en el hotel fue muy buena. Nos indicaron nuestra habitación. La pedimos tranquila y con buena vista. Nos dieron una habitación espaciosa, cómoda y con una gran cama. Un espacio tranquilizador. Teníamos aún una hora para ir al spa y la aprovechamos. Nos dejó nuevos después de un largo día de viaje. Estuvimos solos. Absolutamente relajante.
Ribeira de Pena es una población de unos 2500 habitantes. Aunque, el núcleo urbano es pequeño. La población se dispersa por el valle y las laderas de las montañas que rodean esta localidad. El paisaje es muy bonito, de altas montañas cubiertas por espesa vegetación típica de esta zona: robles, pinos, encinas, tejos, altos alcornoques y castaños. Muchos castaños. Es interesante visitar el Parque Ambiental do Bucheiro que está cerca del centro urbano. Posee una muestra de la diversidad vegetal y animal que hay por esta área.
Ribeira de Pena es esencialmente agrícola y ganadera. Se aprecia en el tipo de vida tranquilo y dedicado al campo. Los inviernos son duros, porque algunas zonas quedan siempre en sombra y la humedad hace crecer los helechos y musgo por todas partes.
En invierno, en el campo predominan las tonalidades verdes, el naranja y los tonos ocres. La humedad es constante y ves por los alrededores riachuelos que van río abajo. Huele a leña quemada y las chimeneas de las casas despiden un espeso humo blanco.
Por los alrededores, hay un buen número de senderos por los que puedes hacer largas caminatas. Cerca varios ríos recorren esta región: el Tâmega, el Póio, el Louredo y el río Beça.
Como muchas otras poblaciones del norte de Portugal, en el pequeño núcleo urbano se alza majestuosa una gran iglesia. La iglesia barroca del Divino Salvador. Como muchas otras, también, con un alto campanario y los típicos azulejos blancos y azules tan característicos portugueses y de los que no me canso nunca de admirar.
Nos asombró que hubiese varios museos. Después comprobamos que Iberdrola había hecho una inversión enorme en el municipio, para la construcción de una enorme presa y una central hidroeléctrica. No sé cómo acabará el proyecto. Pero desde la carretera, N 206, se pueden ver las faraónicas obras que se realizan en el bonito valle por el que pasa el río Tâmega. Existe un macro proyecto de tres centrales hidroeléctricas que afectan a tres poblaciones de la región. Una de ellas Ribeira de Pena. Otras creo que son: Boticas y Chaves. Es una zona tan poco contaminada por el progreso que entristece pensar que esa área geográfica con una naturaleza tan espectacular y virgen pueda quedar afectada por estas descomunales obras.