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16 abril, 2017

Boticas Hotel Art Spa

En invierno, el área geográfica de Boticas es fría porque está rodeada de montañas - la Serra de Barroso, las Serras do Leiranco y Pindo y la Serra das Melcas.


Nosotros tuvimos suerte con la climatología, en Boticas. Los días anteriores a nuestra llegada al Boticas Hotel Art Spa, había habido mucha niebla en el área. Mientras nos acercábamos al hotel, en el cielo no quedaba ni una sola nube, ni tan solo restos de niebla.
Sólo nos visitó la niebla por la noche. Cuando se iba el sol, la niebla creaba una atmósfera fantasmagórica. Durante el día, la potencia del sol despejaba cualquier resto de niebla de la noche anterior.


El edificio del Boticas Hotel Art Spa es de nueva construcción. Su estructura es rectangular. Dispone de grandes ventanales y de un interior minimalista de líneas simples y puras.

Está situado al lado del Ayuntamiento de Boticas y del Centro de Artes Nadir Afonso. Todos estos edificios mantienen una configuración arquitectónica similar. Diferentes al resto de los edificios del centro de Boticas.

   
 
Nos  dieron una habitación que daba a la calle. Unos grandes ventanales, que llegaban del suelo al techo de la habitación
 inundaban de luz la estancia, pero el frío que hacía en la calle empañaba los cristales, aunque sólo a primera hora de la mañana y por las noches. A mediodía, la fuerza del intenso sol hacía desaparecer rápidamente cualquier muestra de humedad.

 
 

El Centro de Artes Nadir Afonso está justo al lado del hotel. Vale la pena visitarlo. La entrada es gratuita. No es muy grande, pero contiene una buena selección de obras de este artista portugués.


Sólo llegar a la habitación abrimos la calefacción, pero tardó un buen rato en calentarse. Una vez caliente el cuarto, estuvimos muy cómodos. La cama era enorme, quizá demasiado para ese espacio. Debía ser una cama de dos por dos. Excesiva.

Al inicio de nuestra estancia en el hotel, no tuvimos vecinos. Sin embargo, el último día llegaron unos clientes a la habitación de al lado y comprobamos que la insonorización no era la ideal.

Una simple cortina blanca separa el espacio de la habitación de la zona de la ducha y del lavabo. Pese a ser un tanto indiscreto, tenía su gracia y no nos supuso ningún problema de falta de intimidad.

 
 

La zona del spa la encontramos un poco pequeña y el agua de la piscina quizás un poco fría, pero para pasar un rato ya estaba bien.

El desayuno era un aparte. Uno de los mejores desayunos que hemos consumido en Portugal. Había de todo en cantidad y calidad. Descubrí el queso portugués: Seia. Un gustoso queso de oveja. Me he vuelta adicta a él. Compré un montón, así como mermeladas caseras, miel, pastas, Vinho Verde, Vinho dos Mortos y un sinfín de latas de atún y de paté de sardinas.

 
 

Boticas Hotel Art Spa es un alojamiento adecuado y funcional, sobre todo si quieres conocer todo lo mucho que te ofrece la Serra do Barroso.


Si te alojas en Boticas en el hotel o en cualquier otro alojamiento y te gusta la naturaleza, no dejes de ir al Boticas Parque Natureza e Diversidade. Lo atraviesa el río Beça, que nace en la Serra do Barroso y es un afluente del río Tâmega.


En el parque, han habilitado unas pistas o sendas de madera, para frenar el impacto del hombre. Si te gusta caminar por el campo y el bosque, la visita al parque no defrauda. Es un espacio paisajístico protegido. Puedes observar una gran cantidad de aves. En invierno, es muy apacible. En Primavera, me imagino que debe ser precioso con los árboles ya con hojas, los helechos verdes y las plantas en plena floración.

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