Paxos es una pequeña isla de unos 11 kilómetros de largo por 5 de ancho. Se halla a 7 kilómetros al sur de la isla de Corfú, en el mar Jónico.
Es una isla escarpada donde no hay grandes valles, sino estrechos vértices entre las montañas que se suceden. Las inclinadas laderas están repletas, sobre todo, de olivos que compiten con otros árboles -cipreses, pinos, higueras, limoneros- y con altos arbustos para nutrirse del sol.
Paxos cuenta con abundante vegetación, si la comparamos con otras islas griegas. No tiene altas montañas, pero sí una sucesión de elevaciones y montes que dificultan los accesos entre el oeste y el este y el sur y el norte de la isla.
La mejor carretera de Paxos es una carretera circular que une Gaios, capital de la isla con Lakka, y Loggos. Estas tres localidades también son las que disponen de las mejores playas y a las que se puede acceder andando o en un corto recorrido.
Aunque Paxos, es una isla, las playas no se localizan en todo su perímetro de costa. En la parte occidental, la elevación del terreno da paso a elevados acantilados y cortados que no facilitan la entrada al mar, si no es por medio de un barco. Hay pocas playas accesibles a pie en esta zona.
Por el contrario, la parte oriental de la isla es menos elevada y se inclina suavemente hasta el mar. Aquí es donde se concentran las mejores playas accesibles si viajas en coche o vas a pie. Monodendri (Manodendri), Orkou, Levrechio, Marmari, Kipos, Kamini, Plakes o Balos beach son algunas de ellas.
Es una isla acostumbrada al turismo, aunque en los meses de verano el flujo de turistas a la isla es excesivo. Nosotros la visitamos en junio del 2024, pero no pernoctamos en ella y hemos vuelto este 2025, para pasar unos días y conocerla más a fondo. No me puedo imaginar lo que debe ser la ocupación de la isla en los meses de julio y agosto, en junio ya estaba invadida por los visitantes.
Se puede arribar a Paxos en ferry, en hidroala (hidrofoil), en barcos particulares, en barco-taxi desde el puerto de Corfú capital, desde Igoumenitsa y desde Lefkimmi. Además, existen excursiones de forma continuada que llegan a Paxos desde Sivota o desde Parga, dos poblaciones del Epiro. Es decir, hay un continuo ir y venir de barcos repletos de turistas. Paxos es pequeña y no da para tanto.
Sin embargo, la isla posee un ambiente tranquilo y relajado. O, al menos, lo tiene Lakka, donde estuvimos alojados de lunes a sábado, a salvo del continuo trajín de los barcos particulares. Lakka era un remanso de paz muy recomendable.